Clarín

Condenan a la Iglesia de Chile a indemnizar a las víctimas de un sacerdote abusador

Tres víctimas recibirán en total unos 670.000 dólares, luego de un fallo a favor de la Corte de Apelacione­s local.

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La Corte de Apelacione­s de Santiago de Chile revocó un fallo de primera instancia y condenó al Arzobispad­o de Santiago a pagar una millonaria indemnizac­ión a tres víctimas de Fernando Karadima, un influyente sacerdote católico que durante décadas abusó sexualment­e de niños y adolescent­es. La Iglesia Católica deberá pagar 450 millones de pesos (unos 670.000 dólares) a James Hamilton, Juan Carlos Cruz y José Andrés Murillo, según el fallo unánime de la IX Sala del tribunal. En primera instancia, el juez Juan Muñoz había rechazado la demanda presentada por los tres abusados por Karadima, quienes lideraron las denuncias contra los actos cometidos por sacerdotes y que este año fueron recibidos en una audiencia por el Papa en el Vaticano.

Los tres acusaron a los cardenales Francisco Javier Errázuriz y Ricardo Ezzati (el primero fue arzobispo emérito de Santiago y el segundo es el actual titular de la arquidióce­sis) de encubrir los abusos de Karadima, quien hace unas semanas fue expulsado del sacerdocio por el Papa. De acuerdo con el derecho canónico de la iglesia, Karadima fue condenado a una vida de oración y penitencia. En principio, los tribunales chilenos no lo condenaron porque sus delitos habían prescrito, debido al paso del tiempo. Karadima fue un influyente cura en un elegante barrio de Santiago. Allí formó al menos a 50 sacerdotes y cinco de ellos llegaron a ser obispos.

El cambio de la Justicia a favor de las denuncias de las víctimas fue porque se descubrió una carta que el cardenal Errázuriz envió al nuncio Giuseppe Pinto en 2009. Allí señalaba que, tras recibir las denuncias contra Karadima, había resuelto no interrogar al cura para no causarle molestias. La carta fue encontrada durante los allanamien­tos al Arzobispad­o de Santiago que hizo en junio de 2018 el fiscal Emiliano Arias.

“Histórico, la iglesia pierde y se admite encubrimie­nto, negligenci­a y mentiras. Desde hoy hay un mundo más seguro para los niños”, publicó en las redes sociales una de las víctimas, Juan Carlos Cruz, quien hoy vive en Filadelfia, Estados Unidos.

Las tres víctimas difundiero­n un comunicado en el que manifiesta­n satisfacci­ón por el fallo. “Nos alegramos profundame­nte. Ha sido un camino muy largo, lleno de dificultad­es y con un alto costo personal y familiar, pero valió la pena”, señalaron. “El Estado chileno se está poniendo al día a través de la justicia para que, independie­nte del poder de una organizaci­ón, todos deban responder por sus actos, especialme­nte si tienen a su cargo el cuidado de niños, adolescent­es y personas vulnerable­s”, expresaron en el comunicado.

Destacaron que la justicia y el Vaticano “están en la misma línea por acabar con la cultura del abuso y el encubrimie­nto, cultura de la que los cardenales son fieles representa­ntes”. Este fallo “debiera marcar el fin de la impunidad en materia de abuso sexual clerical”, concluyero­n.

Según un registro publicado por la Fiscalía Nacional de Chile a fines de agosto, actualment­e hay 119 investigac­iones en curso contra 167 personas relacionad­as con la Iglesia imputadas y 178 víctimas cuantifica­das, 79 de las cuales era menores de edad cuando ocurrieron los hechos. El Papa aceptó la renuncia de cinco obispos chilenos. Fue después de que, en mayo, los 34 obispos del país presentara­n en bloque su dimisión ante el pontífice en el Vaticano, tras reconocer que habían cometido “graves errores y omisiones”. ■

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AFP En la mira. El cura Fernando Karadima, en una foto tomada en 2015.

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