Una de narcos y detectives, pero en la selva
Brasileña, y dirigida por Adrián Caetano, retrata el bajo mundo de manera realista y, a la vez, muy atrapante.
Policial. Con: Guilherme Fontes, Ravel Cabral y Andre Ramiro. Dirección: Adrián Caetano y Tomás Portella. Creación: Lucas Vivo (Navajo Films). Netflix. El narcotráfico, la corrupción policial, el turismo sexual, trata de personas, el sensacionalismo en la televisión... son temas que se han tratado en distintas ficciones, pero la serie brasileña Pacto de sangre tiene el plus de combinar estos temas -de una buena manera y de forma atrapante- en el contexto de la selva amazónica.
Todo esto transcurre en la ciudad de Belem do Pará, al norte de Brasil, que le aporta un condimento especial a esta ficción dirigida por Adrián Caetano y el brasileño Tomás Portella.
En la selva las reglas son diferentes. En ese espeso paisaje suceden cosas que muchos prefieren ocultar - como es el disparador de la trama- un ritual “espiritual” para gringos adinerados en busca de nuevas y macabras experiencias. El cuerpo de una chica motiva el traslado desde San Pablo a la calurosa Belem do Pará del policía Roberto Moreira (Ravel Cabral), el típico detective que tuvo cierto prestigio... Pero este desafío, que se ve obligado a aceptar bajo la consigna de “resolvé el caso, no armes quilombo y volvé”, le regresa cierta motivación.
Se adapta al calor, a los traslados en lancha por el río Amazonas -que recuerda al paisaje del Delta del Tigre pero a una escala inmensamente mayor- y en dupla con un hombre local que se gana su confianza se lanza a la caza de develar el motivo de esta muerte que esconde mucho detrás. Esta es la parte de suspenso y policial de Pacto..., que a su vez presenta otras dos grandes historias protagonistas, todas -a su vez- unidas entre sí.
Por otro lado está Silas (Guilherme Fontes), un periodista en busca de noticias para el noticiero sensacionalista en el que trabaja y que va camino a convertirse en una de las figuras públicas más controvertidas y poderosas de la ciudad. Para él, cualquier oportunidad es bienvenida para mostrar con crudeza -y vendiendo falsa empatía- alguna situación del bajo mundo de la ciudad.
La tercera pata de esta historia es la dupla de La Gringa (Mel Lisboa) y Trucco (Jonathan Haagensen). Ella es una ex niña bien que ahora se internó en la profundidad de la selva y es la encargada de llevar adelante los encuentros espirituales, y él quien controla todo el tráfico de drogas en la zona. Un auténtico capo narco de esos que solo con su mirada mete miedo.
Las grandes actuaciones de sus protagonistas, la forma que se muestra el paisaje local, con sus bellezas naturales y sonidos; y el tono realista de los temas que trata son los puntos fuertes de Pacto de Sangre. La ficción fue un éxito en Brasil (allí se vio por el canal Space) y ahora Netflix tomará la posta para coproducir la realización de nuevas temporadas. ■