“Vamos a tener una óptima alianza”
El candidato favorito en Brasil le dijo a Clarín que la relación con Macri y Argentina “será muy buena”.
“Nadie quiere hacer la guerra con Venezuela. No vamos a ir a ninguna guerra. Eso no es cierto”.
El estilo de Jair Bolsonaro dista de ser acartonado, como podría suponerse por su pasado militar. En su rostro, y en su actitud cuando no está frente a las cámaras, no logra ocultar los rastros de dolor que le causó el ataque con un cuchillo, el 6 de septiembre último. Pero cuando las lentes lo enfocan, se coloca en la posición típica de un oficial: el rostro ligeramente hacia arriba, los labios apretados y erguido como para hacer la venia. Su discurso no tiene complicaciones: “Sofisticación cero”, como dirían aquí. Responde, casi siempre, con algunas consignas efectivas, y efectistas. Salvo que la pregunta apunte a algún asunto que intenta desanudar.
Se sabe poco y nada de cuál será su estrategia en política externa. Pero en la conferencia de prensa, ofrecida este jueves en los salones de la casa de su amigo Paulo Marinho, ratificó las líneas claves para la región.
“¿Si usted fuera electo este domingo piensa visitar Buenos Aires en lo inmediato?” preguntó esta corresponsal.
“Ah ¿usted es de Argentina? Yo hablé hace poco con el presidente Mauricio Macri. Y le garantizo que vamos a tener una muy buena relación; una óptima alianza”. Aclaró que, pocos días después de esa conversación telefónica, habló también con el paraguayo Mario Benítez. Y en los próximos días “iré a dialogar con el presidente chileno (Sebastián) Piñera”. --¿Cuál es su mensaje para los europeos que miran su elección con recelos?, quiso saber un periodista francés.
--En Europa y en EE.UU. no me conocen; y sus opiniones están contaminadas por algunos sectores de la prensa de Brasil, que me tratan con mucho prejuicio.
Otro profesional disparó: “¿Habrá guerra con Caracas?”. Bolsonaro des- mintió la versión que él mismo había difundido el domingo último, a través de un video, durante una manifestación en la avenida Paulista. Allí hablaba de un eventual ataque: “Nadie quiere hacer guerra con Venezuela. No vamos a ir a ninguna guerra. Eso no es cierto. Lo que pensamos es que hay que buscar soluciones tal vez en conjunto con la ONU”, declaró esta vez. Descartó, también, un cierre de fronteras. “No hay cómo hacer eso. Es una frontera seca muy extensa; resulta imposible cerrarla. Para nosotros, ahora, el gran problema es Roraima que ya no aguanta el flujo de inmigrantes”.
Una de las partes más relevantes del encuentro con los periodistas se refirió a las hipótesis que existen so-
bre quién podrían haber planificado el atentado de septiembre en Juiz de Fora (sur de Minas Gerais).
-- Una hipótesis de la Policía Federal es que el ataque del que fue víctima pudo ser planificado por el Primer Comando de la Capital ¿Cómo lo ve? --Fue un atentado. No se trató de un acto aislado. Inclusive por la forma en que fue perpetrado. No fue un intento apenas de hacerme un raspón, sino que la intención era matarme. Según los médicos, de 100 personas que reciben una cuchillada de esa profundidad, apenas una sobrevive.
Ese fue el motivo por el cual dos maestros de Fujitsu -modalidad de lucha practicada en Brasil- decidieron, este jueves, entregarle el cinturón negro. Y lo hicieron delante de la prensa. “Mis amigos” dijo el maestro, “mi aspiración era discutir (con el candidato) cómo salvar una nación, que está donde está. Admiro la bravura de los guerreros luchadores. Y por eso revelo mi pensamiento sobre este gran guerrero que está aquí a mi lado: mi capitán y mi presidente. Este hombre es un gran guerrero de la vida y de sus ideales”. Esa fue, en realidad, la presentación inicial del candidato frente a los medios brasileños y extranjeros. Sirvió, sin duda, para canalizar el discurso del “luchador”, ya entrado en años, en las redes sociales. --¿Qué podemos esperar del 2019?,
indagó un profesional de la TV. --En primer lugar, queremos nombrar un gabinete de ministros que sea muy técnico, que realmente pueda corresponder a los deseos del pueblo y no a cuestiones político-partidarias. Cada ministro tendrá sus instrucciones, pero será para que pueda colocar en práctica las soluciones. --¿Cuáles serán los criterios para la educación en su futuro gobierno?
--Lo que nosotros queremos es una escuela sin partido. No se trata de no discutir política. Pero no puede suceder que un alumno tenga una posición diferente de su profesor y por eso sea reprobado. --¿Qué ocurrirá con la reducción del número de ministerios? ¿Cultura pasará a ser una secretaría? --Nadie quiere dejar de lado la cultura. Lo que hay que hacer es colocar al frente a una persona que trate el tema con cariño y dar recursos para los artistas. Puede ser un ministerio o una secretaría, ése no es el problema.
Bolsonaro se empeñó en demostrar que esta elección “no la tengo ganada. El final está abierto”. Lo dijo en varias oportunidades. Y con eso pretendió contrarrestar el discurso triunfalista desplegado por sus hijos y su círculo más cercano. Ocurre que este jueves se conoció una nueva encuesta, esta vez de Datafolha. Como la del miércoles, marcó una caída importante en las preferencias del candidato. Ahora está en 56% contra 44% de Fernando Haddad. Lo que preocupa a los políticos que están por detrás del ex capitán del Ejército es que no logre “arrasar”. Para ellos, lo importante no es sólo tener una victoria, sino que ésta sea superior a 60%. Todo indicaría que ese objetivo no será nada fácil de obtener.