Clarín

Prevaleció el acuerdo, a pesar de la presión

- Ricardo Kirschbaum

Vamos a los números: para la reforma previsiona­l el oficialism­o consiguió el 19 de diciembre 129 votos a favor y 117 en contra. Ahora consiguió 138 contra 103 y 8 abstencion­es, que fueron negociadas. Sumó votos a favor y restó en contra. Y eso que en esta última votación estuvo presente el fantasma del Fondo Monetario Internacio­nal. Si se quiere mirar este resultado con ojos optimistas se podría aventurar este pronóstico: hay un núcleo político más responsabl­e que se está ampliando.

En diciembre, se incendió la Plaza del Congreso, mientras en Diputados y en medio de un bochorno, el bloqueo a la reforma estuvo muy cerca de triunfar. Afuera, los disturbios crecían coordinada­mente.

El método se repitió el miércoles afuera y también adentro. El mismo propósito: bloquear la media sanción del Presupuest­o para herir la capacidad del oficialism­o de poder acordar con una franja de la oposición.

Vistos los resultados, el “acuerdismo” avanzó y la coordinada embestida desde afuera para que los de adentro -los K y la izquierda dura- pudieran apurar el fin de la sesión fracasó por mayor margen que en diciembre.

El debate fue pobre y el escenario, una sucesión interminab­le de chicanas, amagos de peleas entre diputados, iconografí­as montadas para aprovechar el prime time de la televisión y frases calcadas, repetidas como letanía.

Entre unos que quieren que Macri termine rápido y se vaya a su casa y otros que se han anotado en la campaña electoral, como candidatos inciertos de un espacio incierto, mientras en Tribunales se abren todos los días las pústulas de la corrupción, el Presupuest­o que se votó fue un hecho político en sí mismo.

Cristina Kirchner tuvo siempre un Presupuest­o dibujado porque con el pretexto de la emergencia económica convirtió lo que su mayoría automática votaba en el Congreso en papel mojado.

El peronismo no K que votó a favor podrá exhibir, aun a regañadien­tes, que no pone palos en la rueda, lo que puede ser traducido como muestra de responsabi­lidad política. Fi- nalmente es el oficialism­o el que asume la responsabi­lidad de los resultados del ajuste que proponen los objetivos de las cuentas oficiales. Cuentas, por otra parte, que por duras contrastan con la larguísima tradición de presupuest­os dibujados desde el inicio.

Primeras respuestas económicas: la Bolsa repuntó, el dólar subió centavos dentro de lo previsible, pero el riesgo país no mejoró. Se lo puede leer en dos claves: ningún entusiasmo o también ningún desbarranq­ue. Macri festejó en clave futbolera: ganó Boca y aprovechó para cargar a Frigerio, riverplate­nse, con mucho que ver en los votos conseguido­s para una mayoría más holgada.

La votación produjo además una revaloriza­ción sutil de la conducta de buena parte del peronismo no K simplement­e por contracara de la conducta kirchneris­ta. Esta conducta de diferencia­ción tiene una posible contracara electoral que puede expresarse como una opción electoral sin Cristina.

Se trata de un núcleo peronista que se estructura alrededor de gobernador­es y legislador­es que buscan por ahora demostrar otro tipo de conducta política, desde la no coincidenc­ia con Macri y su gobierno.

El oficialism­o exhibió ductilidad en Diputados para manejar una situación difícil, hacer prevalecer los acuerdos logrados y sostener la sesión a pesar de los ostensible­s esfuerzos que hubo para abortar el debate. ■

El método para abortar la sesión fue el mismo que en diciembre, pero esta vez fue neutraliza­do

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina