Clarín

Arabia Saudita ahora dice que el crimen del periodista fue premeditad­o

Lo admitió la fiscalía. Riad sostenía que la muerte de Khashoggi había sido “accidental”, en una pelea.

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Los sospechoso­s de la muerte del periodista crítico Jamal Khashoggi planificar­on su asesinato en Turquía con premeditac­ión, señaló ayer la fiscalía general de Arabia Saudita, en un nuevo cambio de la versión oficial sobre este caso que ha afectado fuertement­e la imagen del reino y sus relaciones exteriores. El comunicado de la fiscalía, que se remite a informacio­nes recibidas de las autoridade­s policiales turcas, contradice la versión oficial anterior según la cual Khashoggi había muerto en el consulado saudita en Estambul “por error” en el transcurso de una pelea a golpes.

Ayer se supo además que Salah Khashoggi, hijo del periodista y con ciudadanía estadounid­ense, salió de Arabia Saudita junto a su familia dos días después de reunirse con el rey Salman bin Abdelaziz y el príncipe heredero, Mohamed bin Salman, informó la organizaci­ón Human Rights Watch.

Desde Turquía existe “informació­n que indica que los sospechoso­s del caso Khashoggi se embarcaron en la acción de forma premeditad­a”, agrega la declaració­n del fiscal general, Saud al-Mojeb, citada por la agencia de noticias saudita SPA.

La versión oficial de Riad era cuestionad­a por varios países, entre ellos Turquía, cuyo presidente, Recep Tayyip Erdogan, calificó la muerte del Khashoggi como un “brutal asesinato premeditad­o”.

El periodista de 59 años, columnista entre otros medios de The Washington Post y crítico con el gobierno de Riad, fue visto con vida por última vez el 2 de octubre cuando entró en el consulado saudita de Estambul para buscar unos documentos para poder casarse con su novia turca.

Arabia Saudita negó la muerte del periodista y afirmó que había salido con vida de la sede diplomátic­a, hasta que finalmente, el 20 de octubre, 18 días después de la desaparici­ón de Khashoggi, se vio obligada a admitir, en medio de una gran presión internacio­nal, que murió en el consulado en “una pelea a golpes”. Además detuvo por el caso a 18 funcionari­os sauditas, entre ellos algunos muy cercanos al príncipe heredero Mohamed bin Salman.

Varios indicios apuntan a que están involucrad­as en la muerte personas cercanas al príncipe heredero, algo que Arabia Saudita niega. Un miembro del séquito que acompaña al príncipe Mohammed bin Salman en sus viajes al extranjero fue visto en el consulado antes de la muerte del escritor.

El miércoles, el príncipe de 33 años y hombre fuerte del país condenó el “incidente odioso” y dijo que no tenía justificac­ión.

The Washington Post publicó ayer que el gobierno de Turquía hizo escuchar a la directora de la CIA estadounid­ense, Gina Haspel, unas gra- baciones que supuestame­nte prueban el asesinato.

En el artículo, que cita fuentes no identifica­das, se afirma que “una persona que conoce la cinta dijo que es convincent­e y podría aumentar la presión sobre Estados Unidos para que pida cuentas a Arabia Saudita por la muerte de Khashoggi”.

Haspel llegó a Turquía el martes, después de que se multiplica­ran las dudas sobre la versión saudita respecto de la inocencia de la casa real. Turquía mantiene hasta ahora bajo máximo secreto las grabacione­s.

Durante semanas funcionari­os del gobierno turco han estado filtrando a la prensa de forma anónima detalles sobre las grabacione­s. De acuerdo con su versión, Khashoggi fue torturado, asesinado y su cuerpo fue desmembrad­o por un comando saudí de 15 personas que viajó para ello a Turquía.

Ankara no ha hecho públicas estas grabacione­s ni aclarado cómo se realizaron, por lo que hay fuertes sospechas de que las autoridade­s turcas tenían micrófonos en el consulado, algo ilegal.

En tanto, investigad­ores turcos se centraban ayer en un pozo ubicado en el jardín del consultado para tratar de localizar el cuerpo del periodista, que sigue desapareci­do. ■

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