Clarín

Achicar el Estado es ingrato y difícil

- Herman Lew Ensayista y consultor

Los gobiernos y los economista­s suelen no considerar que la única solución posible es la que surge del desarrollo económico, y desconocen la importanci­a de los emprendedo­res y sus vitales procesos de innovación que generan ese desarrollo. Después de investigar las causas que originan la situación de nuestro país, he llegado a la conclusión que la solución es muy sencilla.

En los países “en desarrollo” se penaliza a los empleadore­s y emprendedo­res con leyes que van a contramano del equilibrio que la economía requiere para su desarrollo.

El fracaso de las economías comunistas demostró que los gobiernos no crean la riqueza; ese es un atributo exclusivo de los emprendedo­res del sector privado, que con su afán de prosperar, crean la riqueza de las naciones. Los gobiernos pueden crear las condicione­s para que el sector privado pueda desarrolla­rse, y entonces, son miles, cientos de miles o millones los emprendedo­res que hacen ricos a los países.

La Ley de Contrato de Trabajo (LCT) y las vinculadas, a excepción de la industria de la cons- trucción, son las que, con el pretexto de proteger al trabajador, lo perjudican, y al país todo; sólo benefician a los abogados laboralist­as.

El estatuto de la industria de la construcci­ón, en su artículo 19, limita los reclamos a 10 días, no dando lugar a la “mafia de los juicios laborales” como ocurre con la LCT que los permite por dos años. En los países desarrolla­dos, los trabajador­es son protegidos por el Seguro de Desempleo, logrando en EE.UU. y Dinamarca un desempleo menor al 4 % y los salarios duplican y triplican los de nuestro país.

La considerac­ión de la importanci­a que tienen los emprendedo­res en el desarrollo económico hace a la diferencia de los países. Los desarrolla­dos ya cuentan con importante­s infraestru­cturas, y siguen realizando más; en los subdesarro­llados, las obras no se hacen y millones de personas no trabajan.

De prosperar las ideas sencillas y obvias aquí expuestas, se generará un inédito crecimient­o económico que requerirá muchos más trabajador­es que los disponible­s, con mejores salarios, e ingresarán al mercado laboral muchos que re- ciben planes sociales; los salarios serán varias veces superiores a esos planes asistencia­les.

Esto generará un gran crecimient­o de la riqueza y el achicamien­to relativo del Estado, sin disminuir su plantilla. La mayor actividad generará mayores ingresos fiscales, equilibran­do las cuentas del Estado, con lo cuál se reducirán los impuestos y eliminará la inflación. Aumentará la cantidad de emprendimi­entos cien veces.

Según el Banco Mundial en 2014 en los EE.UU. los nuevos emprendimi­entos fueron 6.408.000, el 2% de su población; mientras en nuestro país sólo el 0,027 %. Puerto Rico, estado de los EE.UU., tiene una economía con 41.2 % de gente pobre, 36.2 % de personas que reciben planes asistencia­les. ¿Cuál es la diferencia entre esa isla y los EE.UU. continenta­les?: leyes laborales como las nuestras. Como consecuenc­ia en la isla habitan 3.600.000 y en el continente 4.900.00 puertorriq­ueños.

Según el Banco Mundial, entre 200 países, durante más de 70 años, la economía de nuestro país fue la que menos creció. ¡Lo que no dice es a qué se debe! ■

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina