“Un país en el cual las víctimas parecen ser las procesadas”
Vivimos en un país en donde la primera bandera que se enarbola es la del principio de inocencia y el debido proceso. Ello sería justo si los procesos, el sistema judicial y las normas que rigen a nuestra nación, dieran plazos acotados para realizar el debido proceso. En oposición, vivimos en una sociedad en donde los procesos y sus instancias de apelación son eternas, y por ende, resulta ser altamente peligroso e injusta la enunciación de estos principios. Argentina es un país socialmente injusto, en el cual las víctimas parecen ser las procesadas, en donde se las hace esperar sentencias que nunca llegan, en donde hay tantas instancias de apelación, que al dolor que uno siente, se le suma la idea clara, concreta y precisa de la injusticia: no es una sensación, es un hecho.
Así, podemos visualizar víctimas de abuso sexual infantil, que esperan 6 o 7 años hasta que se realiza su juicio oral; víctimas de violencia de género que terminan muertas por la indiferencia de los jueces; víctimas de mala praxis médicas que provocan horror con las muertes de seres amados, y esos médicos siguen atendiendo en clínicas y hospitales. Vemos también en el Código Penal sentencias que no concuerdan con los hechos que se penan: un vendedor de juego clandestino tiene una pena de 6 años, la misma que tendría Pipo Cipolatti por continuar cobrando la jubilación de su madre fallecida; ambas mayores a la pena que le corresponde a un médico por “provocar la muerte de una persona”, y menores a la que le corresponde a un depravado por abuso sexual infantil.
¿Hasta cuándo nos van a maltratar? ¿Hasta cuándo los legisladores estarán ocupados en cuestiones que no nos importan? ¿Cuándo sentiremos los que vamos por el camino correcto que somos valorados? La justicia es darles a las víctimas el apoyo de la sociedad entera, la protección de todas las autoridades y al menos la tranquilidad de visualizar que se hace justicia. Luego nos preguntamos por qué la sociedad está “tan violenta”; porque causa violencia esta injusta diferencia, porque la sociedad se cansa de que vulneren nuestros derechos, porque nos cansamos de que se naturalicen los horrores y porque en un estado de derecho, lo que hay que conseguir es “vivir en la protección del derecho” y no morir en el intento. Gabriela Edith Covelli gabrielacovelli@gesell.com.ar vechando nuestra crónica debilidad de memoria. Es hora de que la Justicia actúe con todo su peso para buscar y condenar a los violentos y a quienes los protegen. Matías Aníbal Rossi matiasrossi2014@gmail.com