Clarín

El poder de gol de Boca fue la clave también para darle el último golpe a Palmeiras

Wanchope marcó rápido y apagó el impulso inicial del rival. El Pipa empató cuando los de Scolari reaccionab­an.

- Matías Bustos Milla mbmilla@clarin.com

Ahí está Boca, aceptando el reto. Metiéndose en la final de la Copa Libertador­es, con River adelante, pisando firme otra vez en Brasil, subiéndose a su decimoprim­era definición de su historia de este torneo que lo obsesiona. Va por la séptima, en Núñez, sin ser favorito y demostrand­o que el bicampeón argentino también puede ser fuerte en el continente. Pasó por tierras paulistas la camiseta azul y oro y otra vez se fue de pie, como en su historia. Para que los más de dos mil hinchas que revolearon sus camisetas en la popular visitante se desgarrara­n sus gargantas, como un presagio de lo que vendrá. No hizo falta épica ni hazaña. Boca se quedó con todo lo que vino a buscar a fuerza de sus goles. Y ahora quiere más.

Desde el inicio Boca dejó en claro que atacaría. Y lo hizo sin importar que esa mancha verde que salió enfurecida se posicionar­a con cinco hombres de ataque. Esta vez el 4-1-41 sí desplegó sus alas con Villa y Pavón. También en ese inicio fue clave Pablo Pérez, más suelto de la línea de combate de Barrios y Nandez. Es cierto: el gol anulado por el VAR a Dayverson calmó a los de Barros Schelotto y angustió al local, que se apagó. Había avisado Ábila con un centro cruzado. Pero el gol llegó después de un pase perfecto de Villa, quien brindó una clase práctica de cómo debe jugar un wing. En la tierra paulista del electo Bolsonaro, la derecha más pesada fue la de Ábila.

La buena atajada de Rossi al cabezazo de Gustavo Gómez fue lo único de peligro que hizo Palmeiras en un primer tiempo que se diluyó entre la pierna fuerte de Izquierdoz y Barrios y la tarea enorme de Ábila para aguantar. Los intentos de Nandez desde afuera del área evidenciar­on que a Boca le sobra músculo para recuperar pero le falta buen pie y fineza para elaborar. Así llegó hasta San Pablo, con su esencia modificada, y con la convicción de que la Copa se puede conseguir jugando así. Con lucha primero y con el fútbol en un segundo plano.

Palmeiras reaccionó. Luan descontó y se encendió el estadio. El penal de Izquierdoz que Gómez cambió por gol volvió a sumarle nerviosism­o al encuentro. Tambaleó Boca, como tantas veces. Y deberá evitarlo en la final, en donde no se perdona. El bombazo de Benedetto lo llevó a la final. Ahí espera River, el Superclási­co. La mística está intacta. Boca aceptó el reto. Va por todo. ■

 ?? MARCELO CARROLL ?? Derechazo a la final. Benedetto, autor del milagro en la Bombonera con dos goles, devolvió la calma con este remate: 2-2.
MARCELO CARROLL Derechazo a la final. Benedetto, autor del milagro en la Bombonera con dos goles, devolvió la calma con este remate: 2-2.

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