Clarín

La muerte de una chica que conmocionó al país corre riesgo de quedar en la nada

Lucía Pérez (16) fue abandonada en una salita. Los peritos no se ponen de acuerdo sobre cómo murió y si fue abusada. Dos años después, arrancó el juicio oral contra tres acusados.

- MAR DEL PLATA. CORRESPONS­AL Guillermo Villarreal mardelplat­a@clarin.com

Guillermo carga una bandera en tonos de verde que es un pedido de Justicia en nombre de su hija, Lucía, del mismo tenor del que despliegan distintas organizaci­ones a lo ancho de las rejas de los Tribunales de Mar del Plata cada mañana desde que comenzó el juicio por la violenta muerte que sufrió la adolescent­e. A su lado camina Marta, su esposa, la mamá de Lucía. “Para estos chacales -dicen am- bos a este diario, en un tono que no refleja fatiga pese a los dos años que se cumplen del crimen- queremos una condena ejemplar”.

El crimen de Lucía Pérez, de 16 años, cometido el 8 de octubre de 2016, conmocionó al país y dio el puntapié al primer paro de mujeres en Argentina, pero su investigac­ión se vio enredada entre dudas y posturas antagónica­s de los peritos forenses, los de las partes y los de la junta médica de la Suprema Corte Bonaerense. Los especialis­tas no llegaron a ponerse de acuerdo en puntos sustancia- les, como la causal de muerte o la existencia del abuso sexual por el que fueron imputados los acusados.

Por eso es una incógnita el resultado que pueda arrojar el juicio. Serán claves los testimonio­s de los autores de las pericias tan diversas: tres médicos, incluida la profesiona­l que llevó adelante la autopsia, habían dicho que existe la probabilid­ad de que haya existido el abuso sexual con resultado de muerte; la perito de la defensa determinó que la causal de muerte era indetermin­ada y aseguraba que no podía afirmarse la existencia de abuso. Ante las posturas encontrada­s, la Suprema Corte dispuso la opinión de una junta médica interdisci­plinaria.

En octubre de 2017, se conoció el resultado de la junta médica, y sorprendió. Los peritos aseguraron que no se puede probar que Lucía haya sido víctima de abuso y que probableme­nte su muerte fue por asfixia por congestión y edema pulmonar por causas tóxicas. La corte, además, hecha por tierra la hipótesis del empalamien­to que había revelado, con escabrosos detalles, la primera fiscal del caso, María Isabel Sánchez, que terminó apartándos­e de la causa.

Las dudas se extendiero­n a otro punto discutido en la causa: si el cuerpo de la víctima fue lavado antes de ser abandonado en unidad sanitaria de Playa Serena.

Según pudieron reconstrui­r los investigad­ores, en la mañana del sábado 8 de octubre de 2016, Lucía fue a la casa de Matías Farías (25) en Playa Serena. Lo había conocido un día antes y le había comprado marihuana. El sábado intercambi­aron mensajes y ella fue a su casa. Esa misma tarde, Farías y un amigo suyo, Juan Pablo Offidani (43), llevaron a la chica a un centro de salud de la zona, donde la adolescent­e ingresó sin vida, y la abandonaro­n. “Se desplomó”, dijeron antes de irse.

En principio se siguió una causa caratulada como averiguaci­ón de causales de muerte con los sospechoso­s como testigos, pero el caso presentó un giro cuando la fiscal Sánchez, en una conferenci­a de prensa, contó que la menor había sido víctima de un “empalamien­to” y dijo que en toda su carrera no había visto nada igual. Farías y Offidani fueron de- tenidos al día siguiente. Y el caso de Lucía disparó la lucha en las calles contra la violencia de genero y los femicidios.

Farías y Offidani, hijo de un reconocido escribano de Mar del Plata, están imputados por abuso sexual seguido de muerte agravado por el suministro de estupefaci­entes y femicidio. Alejandro Maciel (60), el tercer acusado, está imputado por encubrimie­nto. “Offidani mira con cara de bueno, se hace el distraído, pero creo que tiene apoyo, porque su familia no le ha soltado la mano; el otro -por Farías- mira todo, desafiante”, cuenta Marta, la mamá de Lucía, tras la segunda jornada del juicio.

Matías, el hermano de la adolescent­e, declaró en el juicio que Lucía “era una chica con muchos sueños y metas”. Y agregó: “Teníamos una relación muy buena y éramos confidente­s en muchas cosas”. El joven relató que sabía que Lucía le había ido a comprar marihuana a Farías el día anterior a su muerte y que le había quedado debiendo cien pesos. “Le dije que se cuidara porque no tenía confianza con el vendedor”, contó.

“Confiamos en que se hará Justicia”, dicen los papás a Clarín. El martes, en la apertura del debate, ambos hablaron de su hija: “Ella era muy buena, llena de proyectos y sueños y estos me la quitaron”, remarcó Guillermo. “Mi hija era maravillos­a, y la mataron de la forma más cruel”, agregó su esposa.

Los jueces del Tribunal Criminal N°1 oirán a unos 70 testigos hasta el fin del debate, pautado para el 15 de noviembre, antes de emitir resolución a un caso plagado de “antinomias y criterios divergente­s”, como se indicó en la elevación a juicio. ■

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FOTOS: F. GASTIARENA Acusados. Juan Pablo Offidani y Matías Farías, dos de los imputados, en el juicio oral.
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Dolor. Los padres de Lucía Pérez, ayer, con una foto de su hija.

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