Clarín

Monitores top para los gamers más exigentes

Lo que hay que tener en cuenta para elegir el adecuado. Resolución, tamaño y la importanci­a de la tasa de refresco.

- Marcelo Bellucci mbellucci@clarin.com

El plan de renovar pantallas hogareñas está en su fase decisiva y tras dos televisore­s gigantes, ahora es el turno del monitor para jugar con la computador­a. Lejos de escoger el modelo de oferta que se exhibe en las vitrinas, la elección está sujeta al tipo de modalidad que uno apueste. Es que no demanda lo mismo jugar a un título casual que a uno de algún eSport, o a disfrutar de las últimas novedades en máxima resolución.

Entre los aspectos del hardware sobre los que enfatizar aparece el tipo de panel, la resolución, tasa de refresco y el tiempo de respuesta. Además, si uno quiere ver las imágenes con un alto grado de realismo, habrá que contar con una placa gráfica o GPU, encargada de procesar lo que se muestra en la pantalla.

“Las placas de video tienen varias funciones, la más conocida es la de representa­r visualment­e una experienci­a realista e inmersiva. Sin embargo, no es la única ya que también es ideal para cálculos matemático­s, asistencia a la inteligenc­ia artificial, diseño y cálculo. En la actualidad, brindamos soluciones de video integradas en los procesador­es AMD RavenRidge y también placas de video de la línea Radeon RX 500 para gaming y entusiasta­s de los eSports, desde niveles básicos a profesiona­les”, destaca Nicolás Cánovas, gerente general de AMD.

Aunque la primera categoría que se debe definir es el tamaño donde la cantidad de pulgadas sí es importante. El estándar está en las 24 pulgadas, ya que son los más versátiles porque se adaptan a cualquier juego y brindan el tamaño ideal para tener frente a los ojos. Si uno quiere estar un paso adelante, los de 27 pulgadas, que hoy son la avanzada, en muy poco tiempo se convertirá­n en norma.

El siguiente paso -aunque es un dato que no siempre queda a simple vista- es el tipo de panel que emplea. En esta discusión hay tres implicados: los Twisted nematic (TN) que ofrecen el mejor tiempo de respuesta, los Vertical Alignment (VA) tienen una gama de colores más amplia y los IPS (In Plane Switching) de más calidad.

Los TN son los más económicos, sus cristales son pocos y de gran tamaño, algo que los hace competente­s para eSport e imágenes en movimiento. Los VA mejoran el contraste y ofrecen una paleta de colores más amplia. Como las pantallas AMOLED y OLED, tienen negros más puros, son los indicados para aventuras espaciales. Mientras que los IPS, que tienen una interpreta­ción de los colores mucho más variada, son los preferidos de los diseñadore­s gráficos o para ver películas en el monitor.

Ya en pleno bosque técnico, se delinea la tasa de refresco, que mide en hercios (Hz) el número de veces que se actualiza la imagen por segundo. Un monitor de 60 Hz lo efectúa 60 veces por segundo y un monitor de 120 Hz, al doble. Los más avanzados de hoy llegan a los 240 Hz.

La diferencia entre los 60 Hz y los 120 Hz durante una partida de League of Legends puede suponer la diferencia entre ganar y quedar eliminado. La regla establece que cuanto mayor sea la tasa de refresco mayor sensación de fluidez tendrá, algo que se percibe sobre todo en juegos con mucho movimiento como los FPS o los de conducción. En cambio, en quienes tengan menos movimiento como los de estrategia, la diferencia es mucho más exigua y solo se apreciará en algunos detalles .

El siguiente paso que se encadena a la marcha es la resolución, que determina la densidad de píxeles por pulgada. Cuanto mayor sea el tamaño de un monitor mayor será la resolución que necesitare­mos para mantener la densidad de píxeles y con ello la nitidez de la imagen. Así, para un jugador con pretension­es moderadas, la escala de valores no puede ser inferior al Full HD (1.920 por 1.080), le sigue el 2,5K (2.560 por 1.440) y en el territorio del preciosism­o, lo máximo que se puede aspirar es el UDH (3.840 por 2.160). Todos estos valores están ligados a la capacidad que soporta la placa de video. Es decir, si el máximo es 1.080p no tiene sentido apuntar a un monitor de 1.440, ya que estaría desaprovec­hado.

Llegado a este punto, habrá que considerar el tiempo de respuesta de un monitor, que es el tiempo que necesita un pixel para cambiar de un color a otro y luego volver al original. Por lo que se supone que un monitor de 1 milisegund­o (ms) tendrá ventaja ante uno de 5ms a la hora de mostrar la imagen. Por ello, en el terreno competitiv­o se usan monitores con un tiempo de respuesta bajo. Lo adecuado es 1-2 ms –los equipos normales están en 4-8 ms- algo que permitirá tener un tiempo de respuesta más bajo al ver la transición de imágenes. ■

 ??  ?? Medida. El estándar para jugar está en las 24 pulgadas, pero se estima que en breve se va a correr a las 27.
Medida. El estándar para jugar está en las 24 pulgadas, pero se estima que en breve se va a correr a las 27.

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