Clarín

Puso preso a Lula y será ministro

Es Sergio Moro, el magistrado que estuvo a cargo de la mayor causa sobre casos de corrupción de la historia de Brasil. Y puso en prisión al ex presidente Lula da Silva.

- SERGIO MORO

Lideró el “Lava Jato” en Brasil y encarceló al ex presidente. Será el ministro de Justicia de Bolsonaro.

Sergio Moro, el juez de Curitiba que comandó el caso “Lava Jato”, aceptó ayer ser ministro de Justicia y Seguridad Pública del presidente electo Jair Bolsonaro. Para el gobierno que asumirá el 1º de enero de 2019, el magistrado es “un símbolo del combate a la corrupción”. Moro, quien fue felicitado por el ministro de Justicia argentino Germán Garavano, es el magistrado que estuvo a cargo en primera instancia de aquel proceso de investigac­iones judiciales que destapó el mayor escándalo de sobornos en la historia del país. En ese marco, el juez acusó al ex presidente Lula da Silva de corrupción en una causa sobre un departamen­to en la playa de Guarujá. Y el 6 de abril dictaminó su prisión, ratificada luego en segunda instancia por un tribunal de Porto Alegre con una pena a 12 años.

Aquellos que no ven con buenos ojos su destino al comando de la cartera de Justicia, afirman que esa causa colocará a Moro “en el centro del debate político, con lo que se torna vulnerable a críticas sobre su futura gestión”. Los que lo aprueban, en cambio, celebran su competenci­a y la decisión del futuro presidente.

Moro deja atrás una carrera iniciada en 1996, en la sede de la justicia federal de la capital paranaense. En 2003 fue nombrado juez con especializ­ación en lavado de dinero y delitos contra el sistema financiero.

Para el ministro Luiz Fux, del Supremo Tribunal Federal (STF), el magistrado es “un excelente nombre para dirigir” el superminis­terio que le ofreció Bolsonaro, y que resulta de la fusión de dos carteras distintas (Justicia y Seguridad) más el agregado de organismos que hoy dependen directamen­te de la Presidenci­a. Según Fux, “su elección fue la que haría la sociedad brasileña si la consultara­n”.

Otros juristas, sin embargo, recordaron la evaluación que había hecho Moro en 2016, durante una entrevista exclusiva concedida al diario Estado de Sao Paulo. En esa oportunida­d, el juez juró que “nunca” habría de “entrar en la política”. Juzgaba, por entonces, que “la tradición del sistema judicial es de imparciali­dad; de no tener un lado definido, de impersonal­idad”. Dos años después, y con el triunfo de Bolsonaro, cambió de opinión.

A raíz de la repercusió­n internacio­nal que habría de adquirir el magistrado en virtud del caso “Lava Jato”, a lo largo de estos últimos meses Moro recibió distintos tipos de invitacion­es, especialme­nte de Estados Unidos, para dar conferenci­as o participar en debates.

Bolsonaro mantuvo una reunión de casi dos horas la mañana de ayer con el magistrado. El encuentro ocurrió en su casa de Barra da Tijuca, en la capital carioca. El paranaense se tomó el primer avión que tenía para llegar a la cita con su futuro jefe. En sus primeras declaracio­nes a la pren- sa sobre este asunto, Bolsonaro comentó: “Lo escuché como si fuera un universita­rio que va a recibir su diploma”. Y se sonrió. Con esta frase, de contenido laudatorio, el presidente electo aludió a un antiguo desencuent­ro con Moro, pero a la vez dio por cerrado el caso.

La historia ocurrió a comienzos de 2017, cuando ambos se encontraro­n de casualidad en el aeropuerto de Brasilia. El juez, acostumbra­do entonces a las deferencia­s, pasó por alto el saludo del diputado federal. Medio año después, en una entrevista concedida a la Red TV, el mismo Bolsonaro explicó que se había “enojado” porque, al saludar a Moro en esa terminal aérea, éste lo dejó plantado. “No hay duda de que eso me irritó. Esperaba tener al menos 30 segundos para conversar con él”, diría el entonces diputado y hoy presidente electo.

Para muchos juristas, entre ellos, el profesor de derecho público Carlos Ari Sundfeld, de la Fundación Getúlio Vargas, “Moro estuvo involucrad­o en procesos importantí­simos de anticorrup­ción. Entonces, la apuesta de Bolsonaro y del juez está en el simbolismo de tener a Moro en el Poder Ejecutivo”. En cambio, para Modesto Carvalhosa, un jurista de renombre internacio­nal, la designació­n del magistrado será problemáti­ca. No por cuenta de la competenci­a profesiona­l, de la que este profesor no tuvo dudas. El problema es que dará “fuerza” a argumentos de la defensa de Lula sobre la politizaci­ón de su caso. En la visión de la mayoría de los especialis­tas consultado­s, el nombramien­to de Moro tendrá “un efecto inmediato sobre la opinión pública”. ■

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 ?? EFE ?? Calma. El juez Sergio Moro (izq.) y el designado ministro de Hacienda de Brasil, Paulo Guedes, ayer, en un momento de su cita con los periodista­s tras reunirse en Río con Bolsonaro.
EFE Calma. El juez Sergio Moro (izq.) y el designado ministro de Hacienda de Brasil, Paulo Guedes, ayer, en un momento de su cita con los periodista­s tras reunirse en Río con Bolsonaro.

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