Un clásico que abrirá al público por primera vez luego de 14 años cerrado
Será el 10 de noviembre, durante la Noche de los Museos. La gente podrá visitar la tradicional confitería y ver parte de los trabajos en marcha para la restauración.
Entrar con traje de buzo para inspeccionar el tercer subsuelo inundado, revolver entre residuos para encontrar restos de vitrales, juntar las libretas donde los pasteleros escribían sus recetas en tinta china. Estas son algunas de las tareas de limpieza, recolección y reparación previas a una restauración titánica: la de los 6.900 metros cuadrados de la Confitería del Molino tras más de dos décadas de abandono. El sábado 10, durante La Noche de los Museos, el público va a poder visitarla por primera vez en 14 años.
La última vez que habían abierto el edificio fue en septiembre de 2004, cuando la entonces Secretaría de Cultura porteña organizó allí la muestra cultural Estudio Abierto.
Mientras tanto, ya hay una partida del presupuesto nacional 2019 destinada a esta primera etapa de la recuperación: 17 millones de pesos, a los que podrían sumarse otros fondos de Nación, Ciudad y presupuestos de años próximos. Todo bajo la supervisión de la Comisión Bicameral Administradora del Edificio del Molino, integrada por diputados y legisladores, que se creó a principios de julio tras la transferencia del inmueble al Congreso de la Nación, en enero.
La restauración demorará al menos tres años. Para empezar, encararon las reparaciones urgentes. Una de ellas fue el agua que invadió los subsuelos, especialmente el tercero. Es por eso que en los últimos días ingresó allí un buzo para analizar la so- lidez estructural. “Con una técnica lumínica que permite ver debajo del agua, se pudo determinar que era mejor apuntalar primero, porque si sacás el agua de golpe, generás un vacío y eso puede deteriorar la estructura”, explicó la especialista en estudios culturales Mónica Capano, asesora de la comisión.
Por lo pronto, ya se retiró el andamio que cubría las fachadas. Además, Aysa cambió la cañería exterior y el Gobierno porteño reparó los desagües pluviales.
En La Noche de los Museos podrán visitarse espacios de la planta baja y el primer piso, donde funcionaron la confitería y los salones de fiestas. ■