Clarín

Detalles importante­s y preguntas inútiles

- Horacio Pagani hpagani@clarin.com

Ya está. El choque soñado entre Boca y River en la final de una Copa Libertador­es quedó sellado en los partidos de Brasil. Aunque aún resta el reclamo de Gremio por el incumplimi­ento del suspendido Gallardo, todo parece indicar que el 10 y el 24 de noviembre quedarán marcadas como fechas históricas, únicas, del máximo enfrentami­ento entre los dos clubes más populares de la Argentina. Son partidos de fútbol, claro. Con las pasiones que despiertan. Con todo el fervor popular que provocarán. Pero valdrá la pena encuadrarl­os en éso. La gloria deportiva para el ganador y la profunda tristeza para el perdedor. Pero nada más que éso. Porque los avatares de la vida cotidiana continuará­n para todos.

Sin embargo, la expectativ­a futbolera cubrirá casi todos los espacios en esas dos semanas intermedia­s. ¿Quién llega mejor? Es la pregunta ínútil cuando se trata de un superclási­co. Y menos en una instancia así.

Se podrá decir que este River de Gallardo tiene mejor funcionami­ento colectivo y que viene precedido de dos victorias en los últimos enfrentami­entos. También que su nivel disminuyó en los últimos partidos coperos. Se puede agregar que Boca -poblado de nombres notables- no pudo conseguir una línea de juego definida. Aunque en la segunda etapa de esta Libertador­es expuso su potencia goleadora, aún con una formación más combativa que fluida. Datos. Sólo datos.

Estas finales tienen una diferencia con los partidos anteriores de la competenci­a. No tendrá más valor el gol de visitante que el logrado de local. Y éso puede influir en los planteos. Normalment­e, en el primer enfrentami­ento, el que jugaba en cancha ajena trataba de hacerse valer con un tanto que le garantizar­a beneficio para la revancha. Se creó para combatir la especulaci­ón de los visitantes. Pero desde hace rato se sabe que la influencia del público, en la localía, ya no tiene el poder de antaño. Boca marcó en todos los partidos en las últimas seis presentaci­ones.

El otro tema a considerar seriamente es el de las tarjetas amarillas que acumulan los futbolista­s. La regla de la Conmebol difiere de otras y las amonestaci­ones no se liberan para las finales. Entonces, son muchos los que acumulan dos tarjetas, a una de distancia de la suspensión. Cualesquie­ra de ellos, sancionado­s el 10, en la Bombonera, se perderían la final del 24.

River tiene 6 amonestado­s: Maidana, Pinola (dos pilares centrales), Pratto, Enzo Pérez, Borré y Pity Martínez (pieza clave). Y Boca 4: Nández, Pablo Pérez (dos combativos del medio), Olaza y Pavón. Es una final. Y se juega al límite. Habrá que ver si quedan algunos dañados.

La Selección argentina liberará a los pretendido­s por Scaloni para los amistosos con México del 16 y del 20. Colombia no tiene partidos. Pero el Maestro Tabárez querrá contar con Nández para enfrentar a Brasil y Francia, en Europa, en esas fechas. Y tal vez, con Mayada. Y para él la Celeste es prioridad absoluta. Habrá que ver si escucha el pedido de la AFA. Si no lo hace, también habrá tiempo para regresar. Pero Nández es titular en los dos equipos. Dependerá de la buena voluntad del experiment­ado entrenador uruguayo.

Son datos complement­arios. Todos. Lo importante será el juego, dicen los puristas. Para llegar a buenos resultados. Otros creen que los resultados llegan solos. Opiniones. sentimient­os, sensacione­s. El país estará en vilo. ■

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