El alemán que desobedeció la orden de Hitler
5 de noviembre de 1966
Hitler se lo había ordenado: “Quemá París”. Y el tipo no hizo caso. Había que tener un buen par de castañas para desobedecer al Führer. Pero la guerra estaba perdida, la liberación de París era un hecho y el general Dietrich von Choltitz, jefe de la guarnición alemana en la capital francesa, se quedó quieto. Minó puentes, sembró la ciudad de explosivos, amenazó con dejarlo todo en ruinas, pero no encendió ni un fósforo. Apresado en el bello Hotel Meurice de la Rue Rivoli, donde tenía su comando, se rindió ante el general Philipe Leclerc el 25 de agosto de 1944 en la estación de Montparnasse. Veinte años después del fin de la guerra, en 1965, los franceses dejaron que Von Choltitz volviera a París. No le rindieron honores, pero lo trataron bien. Desde lo alto de la Torre Eiffel, el ex general nazi (71 años) vio cuán bella era la ciudad que no había destruido. Murió en 1966, en Baden Baden. A su entierro fueron altos oficiales del ejército francés. ■