Europa lanza un polémico detector de mentiras contra inmigrantes ilegales
Prueba. Será en Hungría, Grecia y Letonia. Una computadora “lee” las expresiones de los viajeros ante ciertas preguntas.
La Unión Europea lanza una nueva herramienta contra la migración irregular que algunos críticos consideran una promoción de la pseudociencia. Tres países del bloque, Hungría, Grecia y Letonia, empezarán los ensayos en sus fronteras de un aparato portátil detector de mentiras que debería permitir a los agentes fronterizos descubrir quién es un migrante irregular. El sistema consiste en una computadora que crea un agente fronterizo virtual y prepara preguntas para quien llegue a la frontera teniendo en cuenta su género, origen étnico y lengua materna. Mientras el migrante responde, el sistema analizará 38 micro-expresiones de su rostro para en teoría detectar quién miente sobre las motivaciones de su viaje a Europa o sobre sus orígenes.
Antes de llegar al puesto fronterizo, el migrante deberá haber subido a una página de Internet imágenes de su pasaporte, de su visa y pruebas del dinero que cuenta para el viaje que pretende realizar. La tecnología usada en el dispositivo fue diseñada por un consorcio en el que participan las universidades de Manchester y Leibniz, las aduanas de Letonia y la policía nacional de Hungría. La empresa lu- xemburguesa “European Dynamics” es responsable de su construcción y gestión.
La Comisión Europea explica en una nota que el sistema, al que bautiza como “Sistema de Control de Fronteras Portátil Inteligente”, trata de “analizar las micro-expresiones de los viajeros para descubrir si el entrevistado está mintiendo”.
La información que se obtenga de esas entrevistas se cruzará con archivos policiales de cruces de fronteras para descubrir si el migrante o viajero ya entró con anterioridad en Europa. El sistema también le hará fotografías y revisará su pasaporte. La maquinita llega al extremo de escanear las venas y arterias de la palma de la mano de la persona interrogada e incluso le alcanza para sugerir a los agentes fronterizos reales qué respuesta deben dar.
George Boultadakis, jefe del proyecto y empleado de European Dynamics, explicó al diario The Guardian que el sistema usa “tecnologías ya probadas y otras de nueva creación para dar más medios a los agentes fronterizos y mejorar la eficiencia de los controles en fronteras. El sistema almacenará datos que van más allá de la biométrica”.
Los expertos critican el proyecto y acusan a la Comisión Europea de promover medidas pseudo-científicas. El diario holandés De Volkskrant pu- blicó la opinión de Bruno Verschuere, psicólogo forense de la Universidad belga de Amberes. Este experto considera que el sistema provocará decisiones injustas.
Verschuere asegura en su nota que “señales no verbales, como micro-expresiones faciales, no dicen realmente nada sobre si alguien está o no mintiendo, no hay evidencia científica alguna para los métodos que se van a usar”. Este experto además advierte de lo difícil que será dar marcha atrás: “Una vez que estos sistemas empiecen a usarse no se retirarán. La gente sólo escuchará las historias de éxito y no las historias de aquellos que fueron rechazados de forma errónea”.
El profesor de ciencia de datos del University College de Londres Bennett Kleinberg dijo a The Guardian que “esto puede llevar a la puesta en marcha de un control fronterizo pseudo-científico”.
European Dynamics se defiende estas críticas diciendo que el cruce de fronteras no será permitido o denegado por una simple herramienta sino por “un agregado de estimaciones de riesgo”. La empresa reconoce que la fiabilidad del sistema es del 76% aunque prometen subirla hasta el 85%. Reconoce así que un 15% podría ser rechazado sin merecerlo o aceptado sin tener las condiciones para ello. ■