El futuro de Retiro, sin definiciones
La licitación para operar la terminal de ómnibus de Retiro está paralizada. Hacia mediados de junio, el Gobierno nacional anuló las presentaciones, al no estar conforme con ninguna de las ofertas. Mientras tanto, la empresa Terminal de Buenos Aires (TEBA), propiedad del empresario Néstor Otero -hoy preso-, mantiene la explotación. Lo hace desde 1993 con concesiones vencidas y sucesivas prórrogas.
La versión es que la mejor oferta la había presentado Terminales Terrestres (TTA), que también está relacionada con Otero. Por eso, el Ministerio de Transporte dio marcha atrás. Dejar Retiro en manos de quien por décadas la sumió en el abandono, no cumplió con los controles, el mantenimiento y la readecuación del lugar, y que fue condenado por el pago de coimas al ex secretario K Ricardo Jaime, es un costo político que el Gobierno no estaría dispuesto a afrontar.
Mientras tanto por la terminal circulan cerca de 50.000 personas por día, que padecen la desidia y la mugre de un lugar al que desde hace años no se le invierte un peso.