“Cada detalle es clave”
Jorge Ribolzi tenía 23 años cuando fue bicampeón con Boca en 1976. Había llegado de Atlanta y para el Toto Juan Carlos Lorenzo fue uno de los pilares del esquema táctico. Y, obviamente, titular indiscutido en la final disputada en la cancha de Racing. “Dadas las circunstancias de que era la primera final por un campeonato que se llegaba a jugar con River, la previa había comenzado unos 15 días antes”, le cuenta el Ruso a Clarín. Y agrega: “Nosotros la vivíamos con ansiedad, con responsabilidad y con el compromiso que uno iba a asumir ese partido que era único, era especial, pero no solo para Boca, sino que para River también”.
El volante, que disputó 106 partidos (20 goles) entre 1976 y 1981, no imaginaba una final superclásica. “Era difícil pensar que Boca y River iban a jugar una final de Copa Libertadores, porque hasta hace poco no se cruzaban”, asegura, y explica: “Por cómo estaban las zonas siempre llegaban un argentino y un brasilero, o un colombiano, pero se dio y realmente es un partido de mucha trascendencia. Tal vez hoy no nos demos cuenta de todo lo que va a ser o lo que va a significar después de ter- minar la Copa Libertadores”
De aquella definición, Ribolzi hace hincapié en el gol de Suñé. “Esos detalles son de partidos de Copa, y uno también entendió por la experiencia, por los años y el haber vivido eso, que en partidos de Copa o finales, cada detalle es clave e importante”, relata, y confiesa lo que pasó en el vestuario: “La anécdota de ese detalle puntual es la charla técnica del Toto Lorenzo. Él nos repitió tres veces en esa charla que la barrera de River no se formaba rápido, nos dijo que el que se tuviera confianza le pegara, y por eso le pegó Suñé, que no era un jugador que estaba dentro de los que pateaban tiros libres”.