Musulmanas, hispanas, indígenas: las mujeres avanzan en el Congreso
Cambio. Habrá más de cien caras femeninas en la Cámara baja y al menos 20 en el Senado. La mayoría son demócratas. Y las gobernadoras serán casi una decena.
Todavía falta el conteo fino, pero uno de los datos históricos de las elecciones legislativas del martes es que más de 100 mujeres se sentarán a partir de enero en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, todo un récord en este país que tiene un Congreso repleto de hombres mayores y blancos. Y al menos 20 ocuparán bancas en el Senado. Movilizadas al extremo ante un presidente que presume de tocar sin permiso a las damas y alentadas por la ola imparable del #MeToo, ellas fueron fundamentales para el triunfo de los demócratas en la Cámara baja, luego de 8 años de control republicano.
Las mujeres nunca habían ocupado en este país más de 84 de las 435 bancas de diputados. El abanico de las triunfadoras fue diverso en origen y profesión. En estos comicios triunfaron blancas, latinas, musulmanas, nativas, una de origen soma- lí, una veterana militar, una maestra y una ex moza de 29 años, la neoyorquina Alexandria Ocasio-Cortez, que será la más joven del recinto. La mayoría son demócratas, como Rashida Tlaib e Ilhan Omar, las primeras musulmanas que ocupar asientos en la Cámara baja.
En algunos estados, como el conservador Kansas, las mujeres ayudaron a arrebatar escaños del Senado a los republicanos.
En menor medida, las republicanas también tuvieron su parte: la ultraconservadora Marsha Blackburn será la primera senadora elegida por el estado de Tennessee. Al menos nueve serán gobernadoras, tres más que antes de las elecciones. Esto incluye a la republicana Kristin Noem, de South Dakota, y a la demócrata Janet Mills, de Maine.
“Las mujeres hicieron historia de varias maneras y fueron una fuerza muy importante a la hora de cambiar la tendencia de rojo a azul (por los co- lores de los republicanos y demócratas, respectivamente)”, dijo Kelly Dittmar, analista del Center for American Women and Politics de la Rutgers University. Esta organización había resaltado el récord de candidatas estas elecciones: 235 a diputadas, 22 al senado y unas 40 a gobernadoras.
Hay varias razones que explican el avance femenino. La victoria de Donald Trump, a pesar de la filtración del audio en el que presumía “agarrar” de los genitales sin permiso a las mujeres; la derrota de Hillary Clinton (la primera candidata mujer a la presidencia); la irrupción del movimiento #MeToo por los abusos sexuales en Hollywood y en política. Y, en las últimas semanas, la fuerte movilización que generó la polémica confirmación a la Corte Suprema del juez Brett Kavanaugh, acusado de un intento de violación en la adolescencia por una profesora que brindó un conmovedor testimonio en el Senado. Muchos comparan esta ola femenina con otro “Año de las mujeres”, como sucedió en 1992, cuando una ola de legisladoras resultó elegida tras la polémica audiencia de confirmación en el Senado del juez de la Corte Suprema Clarence Thomas, acusado por Anita Hill de acoso sexual.
Una de las claves del mensaje de las candidatas fue la ampliación del sistema de salud, que fue recortado por Trump, y que resultó uno de los temas que más valoraron los estadounidenses a la hora de votar, según marcaron las encuestas de boca de urna. Ellas también dedicaron su campaña a la educación y al cuidado de medio ambiente.
“No debemos enfocarnos en ver si éste fue el Año de la Mujer, sino que debemos mantener la conversación sobre la poca representatividad de las mujeres”, dijo Dittmar. “El trabajo no va a terminar este año”, remarcó.
“Esto es solo el comienzo”, agregó Stephanie Schriock, presidente de Emily’s List, un grupo vinculado al partido demócrata que apoya a las mujeres en política. “Si pensamos que vamos a tener una participación histórica de mujeres en 2020 (el año de las próximas elecciones presidenciales), este fenómeno está lejos de desaparecer”, pronosticó.
La “ola femenina” fue fundamental para el triunfo demócrata en la Cámara baja.