Gente con enfermedades mentales puede vivir hasta 20 años menos que el resto
Mayor tendencia al tabaquismo, obesidad, cardiopatías y menos acceso a la salud, entre las claves del problema.
El título es enredado, pero vale la pena demorarse y analizarlo: "Manejo de las condiciones de salud física en adultos con trastornos mentales severos". Es la primera guía de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre esta materia, presentada esta semana y en la que se ofrece un recorte original en el abordaje de la salud mental. No está centrada en lo más obvio: las características puntuales de tal o cual afección psíquica; profundiza en las patologías accesorias, ésas que preexisten o, al revés, vienen de la mano de las enfermedades mentales. Ésas que redoblan el problema del paciente porque ponen en jaque su salud física y hacen que la mortalidad promedio, para ellos, sea dos a tres veces mayor que en la población general. Pueden vivir hasta 20 años menos que el promedio.
Tabaquismo, tendencia a la obesidad y más chances de padecer cardiopatías son algunos de los problemas de quienes padecen enfermedades mentales, tengan depresión moderada a grave, trastorno bipolar, esquizofrenia u otros trastornos psicóticos. Estas patologías representan el 14% de las enfermedades a nivel global.
En Argentina, la Dirección de Salud Mental de la Secretaría de Salud de la Nación compartió con Clarín el “Estudio Epidemiológico Nacional de Salud Mental en Población General en Argentina”, de 2015. Entonces, una de cada tres personas había presentado algún trastorno de salud mental a lo largo de su vida, desde los 20 años. Los prevalentes fueron psicosociales: 16,4%, ansiedad; 12,3%, trastornos anímicos; 10,4%, consumo de sustancias. Del total, sólo el 16% ac- cedió a un tratamiento.
En el imaginario social flota la idea de que estas personas tienden a morir por causas “no naturales”: accidentes, homicidios y suicidios. El informe de la OMS lo desmitifica: “La mayoría de las muertes son atribuibles a condiciones de salud física”. Las enfermedades cardiovasculares confieren un riesgo diez veces mayor de muerte que el suicidio, en personas con problemas mentales.
¿Cuál es el vínculo entre un trastorno mental y, por ejemplo, una cardiopatía? Los expertos saben que el puente entre el desorden mental y las “enfermedades no transmisibles” (ENT) está ahí, como un hilo transparente que no termina de revelar su materia, lo que en la guía definen como una relación “compleja”.
Dice la OMS: a estas personas se les suma el riesgo 1,53 veces mayor de tener enfermedades cardiovasculares, y 1,85 veces de muerte causada por una de esas patologías. Y un riesgo 1,85 veces mayor de tener diabetes que la población general”. Además, el 61% de los pacientes con trastornos mentales fuma, casi el doble la media general (33%). Y el 50% tiene más probabilidades de padecer obesidad.
El punto más álgido quizás sea el de las políticas públicas, mensaje que sobrevuela toda la guía de la OMS, ya que la condición mental severa conlleva un peor acceso a los sistemas de salud. En diálogo con Clarín, Shekhar Saxena, ex director de Salud Mental y Abuso de Sustancias de ese organismo, dijjo que "falta información sobre las necesidades y faltan servicios suficientes y adecuados. A esto se suma el estigma, discriminación y temor entre la familia y los proveedores de cuidados. Pero quizás la razón más importante sea la falta de recursos. Los gobiernos gastan mucho menos dinero en salud mental; a menudo menos del 1% de su presupuesto de salud, mientras que las necesidades rondan el 10%", señaló.
Alberto Trímboli, Presidente de la World Federation for Mental Health (WFMH) y coordinador del Sector de Adicciones del Hospital Álvarez explicó que “en Argentina, desde 2010 rige una Ley Nacional de Salud Mental, que es ejemplo en el mundo porque apunta a que las personas con padecimiento mental sean consideradas sujetos de derecho y se les garantice el acceso pleno al sistema de salud”. Sin embargo, el cumplimiento de la ley está lejos de su plenitud: “Existen intereses de orden corporativo y económico que hacen que la ley se vea en muchos casos empantanada, especialmente en lo vinculado a las internaciones". ■