Real Madrid se amigó con el gol y Solari suma méritos para quedarse en el banco
En su debut en la Champions League, el técnico interino aumenta sus chances de ser confirmado.
Santiago Solari es un ajedrecista. No hay metáfora. O no tanta metáfora. Le encanta el ajedrez. Alguna vez, incluso, convocado por el diario Marca hasta se le animó al inmenso Gary Kasparov e hizo tablas. En esos días de 2003 era jugador del Real Madrid, lector de Roberto Fontanarrosa, mediocampista zurdo y exquisito, entrevistado encantador.
Una década y un lustro después, Solari también está en la Casa Blanca. Dicen de modo oficial que como entrenador interino. Pero también comentan que quizá ese banco sea el suyo por un rato largo. Los resultados lo avalan: el 5-0 de este miércoles ante el Viktoria Pilsen, por la Champions League, es quizá el principal de los impulsos.
Y el muchacho que dirigía al equipo filial del Real Madrid -el llamado Castilla- mueve sus piezas con cal- ma. Sin apuro. Piensa. Mira, espera. Como buen hombre de los tableros. Lo retrató por aquellos días inaugurales de este siglo, el periodista Ariel Scher: “El ajedrez se enredó con los días de Santiago desde el corazón de la niñez por influencia de su padre, Eduardo, el hombre que le permitió ver que el arte de mover las piezas guarda la belleza y la diversión. Pudo ser una fugacidad de las tantas que decoran la existencia, pero la inquietud persistió. Vaya a saber por qué. Acaso lo cautivaron ciertos parecidos: en el ajedrez y en el fútbol, cada instante ofrece posibilidades infinitas”. Algo así como la inmensa chance de conducir al más campeón de los clubes de la historia, al vigente tricampeón de la Champíons League.
Este último paso, el de la goleada ante el equipo de la República Checa, lo posiciona de otro modo. Al Real Madrid en la máxima competición continental (quedó puntero del Grupo G, con nueve puntos, con cinco de ventaja sobre el tercero, el CSKA Moscú). Y al entrenador, en el nuevo tablero de posibles reemplazantes de Julen Lopetegui.
Desde el lugar de los hechos el diario Marca señala en uno de sus títulos principales una percepción que ca- mina las calles de Madrid: “Solari se ha ganado el contrato fijo”. Se verá...
En el Doosan Arena de Pilsen, ciudad breve de 170.000 habitantes y estadio con marco acorde a la expectativa, el Real Madrid de Solari fue una celebración de la audacia. Estuvo a la altura de la necesidad y de la camiseta: fue, buscó, quiso, goleó. De principio a fin. Cinco goles, 63% de posesión, autoridad, destellos de equipo candidato.
Un doblete de un recuperado Karim Benzema, aparición de Casemiro, golazo de Gareth Bale y resolución de crack de Toni Kroos. Para todos los gustos.
El ajedrecista Solari ya comienza a ofrecer sus movidas. No le tiene miedo a las modificaciones: de repente, el 4-3-3 frecuente de los días felices y no tan lejanos se desarma en un 4-2-3-1. Luka Modric se queda en el banco. Isco ingresa apenas en los últimos 17 minutos con el partido resuelto. Marco Asensio -joyita preferida de Zidane en tiempos recientesno juega ni un minuto. Y en los laterales se arregla sin traumas con Odriozola y Reguilón.
La impresión es inequívoca. Se anima, Solari. También en el dificultoso tablero del Real Madrid. ■