El vínculo con Argentina, en la visión de Bolsonaro
Análisis. Ahora, el presidente electo multiplica las señales sobre la importancia de la relación con su socio regional.
Hay una frase célebre del no menos famoso economista brasileño Delfim Netto: “El binomio Brasil-Argentina puede ser comparado con dos borrachos que van abrazados: cuando uno cae, el otro también”. Esa definición contiene una verdad que se puede probar con los hechos; y revela el nivel de interdependencia binacional. A pesar de las dificultades para reconocer ese rasgo de las relaciones bilaterales, por parte de colaboradores de Jair Bolsonaro, el presidente electo subrayó la “importancia” del vínculo entre los dos socios.
Lo revelan dos gestos clave. Primero su conversación telefónica con Mauricio Macri, antes de las elecciones. Y este viernes, al recibir por la mañana en su residencia al embajador argentino Carlos Magariños. El diálogo entre am- bos, que el diplomático describió como “muy amable” se extendió por una hora. No trataron el tema, según confió el embajador a esta periodista; pero el futuro mandatario dio a entender que difícilmente asista a la cumbre del G-20 en Buenos Aires. “Tengo que cuidar de mi salud”, reconoció en la charla; especialmente, por la nueva cirugía a la que deberá someterse el 12 de diciembre próximo. Por esa misma razón, tiene urgencia en completar su gabinete ministerial a fin de este mes. Esto lo reiteró en una extensa aparición, a través de su página de Facebook durante la tarde.
En esa peculiar manera de dirigirse al pueblo brasileño, que viene de su campaña electoral, Bolsonaro repasó la agenda que deberá enfrentar en el orden interno e internacional. De una manera lisa, pero contundente, insistió en “desideologizar” el comercio y las relaciones de Brasil con el mundo. Se basó en ese “principio” para defender el traslado “de la embaja- da de Brasil en Israel desde Tel Aviv a Jerusalén”. Proyecto en duda. La iniciativa provocó muchos reparos en la diplomacia de Itamaraty. Con respecto a China fue también insistente: “No hay nada contra ese país, ¡por favor! Hace unos días recibí al embajador chino y tuvimos un diálogo muy fructífero”.
Magariños indicó que durante la entrevista con Bolsonaro no se trataron temas de la agenda bilateral. Pero seguramente, el presidente electo ya está más al tanto sobre este tema. Es que Argentina no es un socio ideológico. Es un enorme “aliado” comercial. En 2017, el saldo en el intercam- bio, fue récord a favor de Brasil: trepó a US$ 8.400 millones. Pero más que esto: el grueso de las exportaciones brasileñas al país fue de productos industriales. Las automotrices brasileñas participaron con más de 33% en las ventas a Argentina. No es un detalle dado el gigantesco peso de esas empresas dentro del PBI: representan nada menos que 22%. También es cierto que Argentina orienta sus compras en el exterior principalmente a Brasil, luego a China y en este orden aparecen posteriormente Estados Unidos, Alemania y México.
¿Qué dijo Bolsonaro? Que Brasil precisa exportar más productos industriales y no tanto commodities. A juzgar por ese razonamiento, es imposible que el futuro presidente brasileño tome decisiones que “deterioren” su relación con el principal socio comercial en América Latina y el tercero del mundo. Claro que eso no le impide declarar que quiere entablar acuerdos de libre comercio con todo el mundo. Hoy, esas posibilidades están restringidas por protocolos del Mercosur, que son leyes en el bloque (igual que las de la Unión Europea). De modo que cualquier alteración exigirá una discusión de fondo en más de una cumbre del bloque. La próxima debe realizarse en Montevideo y allí seguramente será planteado el tema. Vale la pena destacar que entre Brasil y Argentina rige un acuerdo firmado en febrero de 2017 entre el presidente Macri y Michel Temer. El convenio instituyó una Comisión Bilateral de Producción y Comercio que funciona regularmente y que representó avances en varias dimensiones del intercambio. ■
En 2017 el saldo del intercambio fue récord a favor de Brasil: trepó a US$ 8.400 millones.