Clarín

La maternidad planificad­a ahora está más cara y hay ofertas de 2x1

Todos los materiales que se usan para conservar óvulos son importados. Y llegaron las promocione­s.

- Emilia Vexler evexler@clarin.com

Cuando el dólar superó los 40 pesos, la industria de la preservaci­ón de la fertilidad, que venía en crecimient­o, se vio obligada a subir sus precios. El 100% de los materiales que utiliza son importados. Por eso apareciero­n las ofertas: hoy, el sector ofrece desde 2x1 si se congelan óvulos junto a una amiga o una hermana hasta cuotas sin interés y promocione­s de descuento del 20% .

Desde la Sociedad Argentina de Medicina Reproducti­va (SAMER) afirman que 16 mujeres por día congelan óvulos en el país. Pero aunque se triplicaro­n las consultas, sólo 1 de cada 4 finalmente concretan.

Lejos de los prejuicios, el único freno, dicen los expertos, es el económico. Es que casi el 90% de las interesada­s son solteras. Al no disponer del sueldo complement­ario de una pareja, les es más difícil afrontar los costos de una industria totalmente "verde", no sólo por el color de la fertilidad.

Antes de la devaluació­n, congelar óvulos costaba en promedio $ 49 mil. El valor ahora es de $ 54 mil, un 10% más por el efecto directo de la corrida del dólar. A eso hay que agregarle la medicación, con un precio actualizad­o de entre 35 y 49 mil pesos, y el mantenimie­nto, de 100 a 200 dólares por año según la clínica.

Casi todas ofrecen el pago con tarjetas de crédito y en algunas hay un plus de descuento si el pago anual se adhiere al débito automático.

“La mayoría llegan porque no tienen pareja. No porque quieran retrasar la maternidad por sus carreras o trabajos. La idea es que a futuro van a encontrar a la persona con la que usar esos óvulos. No que se van a ir dos años a Londres a hacer una posgrado y que por eso prefieren esperar”, asegura Fernando Neuspiller, director del Instituto Valenciano de Infertilid­ad (IVI) de Buenos Aires. Lo reflejan las estadístic­as: el 78% son mujeres solteras, sólo el 5% lesbianas, y el resto heterosexu­ales que están en pareja (17%).

Si bien aumentó exponencia­lmente la cantidad de consultas, no así la de mujeres más jóvenes. “La mujer que realmente quiere preservar su maternidad por lo profesiona­l, vendría a los veintipico. Acá llegan con la carrera terminada y, si son médicas, hasta con la residencia hecha. Cada vez son más grandes”, dice a Clarín Gustavo Botti, presidente de la SAMER. Así las cosas, mientras que esa sociedad considera los 29 años como la edad óptima para congelar óvulos, las argentinas lo hacen, en promedio, a los 38 años y medio.

"El 25% tiene 40 años o más", agrega María Eugenia Mackey, titular del Registro Argentino de Fertilizac­ión Asistida. El error de llegar "tarde", ale- gan, es de los ginecólogo­s. "Que se concentran en el papanicola­ou pero no hablan con las mujeres sobre maternidad. Si lo hicieran, estarían informadas desde más jóvenes sobre la importanci­a de congelar antes de cumplir los 29 años".

Esos datos son de 2013 a 2016, antes del boom de famosas como Luciana Salazar o las hermanas Kardashian congelando óvulos. Pero, aclara, solo en esos 3 años las vitrificac­iones por motivos sociales (no por causas oncológica­s o medicacion­es que afecten a futuro el embarazo, que lo cubren las obra sociales y prepagas) pasaron del 3 al 5%.

Aunque no hayan conseguido pareja, Neuspiller afirma que cerca del “40% termina utilizando sus óvulos igual” y el resto “sigue esperando”. El menor porcentaje de consultas es de mujeres que ya tuvieron un hijo, que se separaron y que desean congelar óvulos para cuando consigan una nueva pareja.

Aunque algunas -de poder adquisitiv­o alto- viajan desde el interior hasta Buenos Aires para congelar sus óvulos, esta práctica ya no es algo exclusivam­ente capitalino. En el centro PROAR de Rosario, que dirige Botti, el mantenimie­nto anual es de $ 5.100. La forma de pago es al contado y en pesos.

La tasa de éxito también está analizada desde el microscopi­o. En mujeres menores de 35 años que preservaro­n 10 óvulos, la probabilid­ad de tener un “hijo nacido vivo” es del 60%. Si preservaro­n 5 óvulos, las posibilida­des caen hasta el 15,4%. En las mayores de 36, si congelaron 10 óvulos, la probabilid­ad es de 30%. Con cinco óvulos, las chances caen hasta el 5%. Esta estadístic­a es resultado del análisis de 1.400 pacientes del IVI de Buenos Aires.

En el precio, a veces, también está la cantidad de óvulos a preservar. Si se tiene más de 35 años, se aconseja y guardar al menos 10 óvulos. Esto quiere decir que si en la primera estimulaci­ón para ovular no se obtiene esa decena, lo ideal es repetir el procedimie­nto hasta llegar a 10. Eso es igual a pagar la medicación de nuevo y un complement­o de la preservaci­ón, que vale la mitad del tratamient­o. Entonces, son $ 20 mil más otros $ 27 mil para repetir el proceso.

"Sean 5 o 10 óvulos, se cobra lo mismo. Congelar óvulos es algo 'sensible', no me parece justo pedirle a la mujer más dinero porque 'al final obtuvimos más óvulos de los que pensamos'", cuenta a Clarín María Pía Zgrablich, del centro de reproducci­ón Gestar de La Plata. "Las mujeres en el interior de la Provincia (la mayoría de Azul, Tandil o Junín) llegan con menos poder adquisitiv­o que las de Capital. Eso lo noté en trabajar en ambos lados. Por eso, individual­izando cada caso. tratamos de ayudarlas con un descuento del 20%. Como hay costos fijos imposibles de recortar, los médicos nos bajamos los honorarios."

Si Estados Unidos ocupa el 1° puesto entre los países donde más óvulos se congelan, Brasil es el primero en la región. En Argentina, los especialis­tas sostienen que el promedio "ni se acerca" a las mujeres que deberían congelar, es decir, al de la población de “mujeres con estudios universita­rios” que lo hacen en el mundo. Entre las argentinas que congelan, el 74,7% terminó la universida­d, el 22% completó el secundario y casi el 2% que sólo hizo la primaria.

 ?? D. FERNANDEZ ?? Experienci­a. Paula (izquierda) y Hazel (derecha) congelaron óvulos a los 30 años. “Sabía que iba a retrasar la maternidad”, dice Hazel.
D. FERNANDEZ Experienci­a. Paula (izquierda) y Hazel (derecha) congelaron óvulos a los 30 años. “Sabía que iba a retrasar la maternidad”, dice Hazel.

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