Angelici-D’Onofrio: buenos modales y alguna picardía antes del choque
Los dos se mostraron orgullosos de lo hecho por sus planteles y confiados en lo que pueden hacer hoy.
Rodolfo D’Onofrio
Las sornisas entre Daniel Angelici y Rodolfo D’Onofrio escondían muchos más sentimientos de los que pudieron expresar en la reunión que convocó la Conmebol. Llegaron separados y así se fueron, con saludos de protocolo y mensajes de paz para lo que se viene pero con la distancia que divide a Boca y a River. En el día a día y a horas de esta Superfinal de Libertadores que paralizó a todos.
Angelici con Claudio Tapia de un lado. Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol, con D’Onofrio del otro. ¿La Copa en el medio? No, a un costado. En el ala más cercana al titular de River. Igual, ninguno quiso posar con ella ni tocarla. “No se toca, no se toca”, advirtieron por si hiciera falta desde la organización. El encuentro tuvo dos picos: ambos presidentes agradecieron a sus planteles y cuerpos técnicos por haber llegado hasta acá pero, fieles a sus respectivos estilos, buscaron ir por más. “Ojalá nos encontremos de nuevo en la final en Chile”, dijeron al unísono. Pero hacia adentro coinciden en que “lo que pase en el futuro no lo sabemos, ahora hay que ganar esta final”.
“Es un enorme esfuerzo llegar hasta acá y debe valorarse. El que gane estará feliz, lo festejará, y el que pierde tiene que saber que ha jugado la final y que al otro día sigue el mundo del fútbol y la vida diaria. No se puede plantear como de vida o muerte”, reflexionó D’Onofrio. Y Angelici también elogió a los suyos: “Estamos orgullosos los hinchas de Boca y en lo personal quiero felicitar a los jugadores y al cuerpo técnico por haber llegado a esta nueva final”.
La complicidad sólo apareció en los discursos. “Este es uno de los partidos más importantes de nuestra historia, no tengo dudas. Este club le ganó al Real Madrid y al Milan en Japón, pero de los últimos años es el partido más grande de todos. Porque además costó mucho llegar”, resaltó Angelici, lustrando la chapa internacional de Boca. “En estos cuatro años y medio jugamos muchos partidos importantes y es un orgullo enorme que estemos ante otra final de Libertadores, contra el rival de siempre pero en una final histórica”, respondió D’Onofrio, consciente de que su ciclo al frente de River le devolvió alegrías internacionales al club.
Las chicanas quedaron de lado. Incluso D’Onofrio pareció cometer un lapsus o un sincericidio al decir que “en la cancha de Boca siempre nos han tratado bien”, obviando el episodio del gas pimienta o cuando posó en el suelo del vestuario visitante a modo de queja. No hubo tiempo para encender ningún fósforo. “Sabemos que tenemos un buen equipo y que tenemos un jugador más que es el hincha de Boca, que siempre alienta como ningún otro”, fue lo que disparó la única sonrisa de Angelici. “Nos sentiremos más solos que nunca, es normal y natural porque somos visitantes. No tendremos a ese otro jugador, pero lo vamos a tener cuando salimos. Y después vamos a tener más de un jugador en el Monumental, no les quepa la menor duda”, respondió D’Onofrio, quien después desafío fuerte al presidente de Conmebol y lo hizo pasar un momento incómodo cuando se trató de la sanción a Gallardo, ya que Domínguez había evitado el tema y el titular de River lo expuso públicamente para que hubiera una respuesta.
“Consideramos que los reglamentos deben cumplirse y si alguien no los cumplió debe tener una sanción. Pero para los argentinos el derecho de admisión es para los delincuentes; así es en Argentina y no creemos que corresponda”, expuso el titular del club. La relación cercana entre la Conmebol y River en los últimos años tuvo ahí su único punto de roce previo a la final. ■
Este club le ganó al Real Madrid y al Milan en Japón, pero de los últimos años es el partido más grande de todos, porque además costó mucho llegar”. Daniel Angelici
Presidente de Boca
En la Argentina el derecho de admisión es para los delincuentes; pero si alguien (por Gallardo) no cumplió debe ser sancionado”.
Presidente de River