Para el Gobierno, la renuncia de la Iglesia al aporte estatal fue “amistosa”
Los obispos anunciaron que, de modo gradual, dejarán de recibir 130 millones de pesos para los obispos.
El secretario de Culto de la Nación, Alfredo Abriani, afirmó que la renuncia de la Iglesia al aporte económico del Estado fue “totalmente amistosa”, al negar que haya sido producto de un conflicto con el Gobierno.
La relación entre el Gobierno y la Iglesia se tensó luego de que el presidente habilitó en febrero el debate sobre la legalización del aborto, que se sumó al vinculo frío de la Casa Rosada con el Papa. En medio el aquel debate, el jefe de Gabinete dijo ante una pregunta en Diputados que el Estado le transferiría este año 130 millones a la Iglesia para su sostenimiento.
Paralelamente, se alzaron voces pidiendo la “separación” de la Iglesia y el Estado, todo lo cual derivó en que la Iglesia acelerara su renuncia al aporte estatal que representa apenas el 7% de su presupuesto, pero que tiene una alta significación política. El viernes, los obispos anunciaron que aceptaban el “reemplazo gradual” de los fondos estatales por la contribución de los fieles y anunciaron la creación de una comisión que avanzará con el Gobierno en el estudio de vías alternativas de financiamiento.
“No hay apuro para la implementación, por más que algunos quieran ver un conflicto en esto: que el Gobierno le saca a la Iglesia o que la Iglesia renuncia. No hay nada de eso, es una relación totalmente amistosa en torno a este tema y lo estamos trabajando seriamente”, dijo Abriani.
El funcionario consideró como “un paso importante y positivo que se haya llegado a un consenso dentro del Episcopado”, y señaló que se está trabajando en la definición de las alternativas de financiamiento que se aplicarán y en “generar el marco legal para poder aplicarlas”.
“No hay plazos ni términos de inicio. Por eso están garantizados los fondos para el año que viene e incluso para el otro”, puntualizó. De las conversaciones con representantes de la Iglesia, que se iniciaron en agosto, participan la secretaría de Culto y la jefatura de Gabinete. Abriani precisó que “evaluamos varias alternativas, como los modelos de Italia, España y Alemania, pero se descartaron porque están basadas en el impuesto a las Ganancias. Acá limitaría mucho el universo de los aportantes”.
Ya se mantuvieron unas cinco reuniones, en las que se comenzaron a definir las alternativas, pese a que todavía no se había anunciado la creación de una comisión eclesiástica.
“Una vez que estén funcionando (los nuevos mecanismos de financiamiento) hay que ver si son efectivos o no, y recién ahí veremos en qué momento y gradualmente la Iglesia empieza a resignar el sostenimiento”, añadió. “Se busca pasar de la idea de que el Estado sostiene a la Iglesia al hecho de que el Estado genere los mecanismos o condiciones para que los fieles sostengan a los cultos”, remarcó el funcionario.
El sostenimiento implica las asignaciones a los obispados (unos 45 mil pesos mensuales), a los seminaristas y las parroquias de frontera, pero no contempla el aporte a la colegios católicos. Tampoco habrá un corte en los recursos que el Estado destina a organizaciones como Cáritas. ■