Lanzan una guía para que maestros y médicos detecten abusos contra chicos
Se presentó ayer en la Casa Rosada. Buscan que los hospitales y escuelas estén alertas y actúen rápido.
El abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes es el delito más impune: se denuncia poco y se estima que sólo en el 1% de los casos se llega a una condena. Tiene que ver con el propio delito: la desigualdad de poder y saber entre víctimas y victimarios. Además, siete de cada diez abusos son cometidos en la propia casa, y por algún familiar. La escuela y el hospital pueden ser lugares clave para detectar estas situaciones. Los médicos que revisan cuerpos pueden ver marcas y heridas. Los maestros también pueden percibir comportamientos extraños, cambios de humor, miradas tristes.
El Gobierno presentó ayer una guía con lineamientos para el abordaje de los abusos sexuales hacia niñas, niños y adolescentes (NNA), en el marco del Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (Plan ENIA) que llevan adelante los ministerios de Salud y Desarrollo Social, de Educación y Justicia y la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia. Lo que se busca es que equipos de salud, de la comunidad educativa y de organismos del sistema de protección de derechos de niñas y niños estén alertas y actúen.
El objetivo de estos lineamientos - se hicieron con el apoyo de Unicef Argentina-, es claro: “Dadas las altas tasas de fecundidad de niñas y adolescentes entre 10 y 14 años, producto de situaciones abusivas, el Plan ENIA se ha propuesto como uno de sus objetivos el fortalecimiento de políticas
para la prevención del abuso y la violencia sexual hacia la niñez y la adolescencia y para el acceso a la interrupción legal del embarazo (ILE) en el marco de la normativa vigente”.
Los abusos sexuales pueden ir desde tocamientos, exposición de los órganos sexuales y masturbación frente a un niño, niña o adolescente, hasta violaciones, violencia física, amenazas, abuso de confianza. “No existe consentimiento cuando se impone una conducta por el ejercicio de poder. No existe consentimiento cuando no se entiende qué se está consintiendo”, se explicita en la guía, que también deja en claro que la importancia de las intervenciones no sólo para detener las situaciones de abu-
sos sino también para garantizar el acceso a la interrupción de los embarazos forzados y reparar a las víctimas a través de la justicia.
Todas las personas que tienen contacto con NNA pueden detectar una situación de abuso sexual. Y además, según la legislación vigente, los funcionarios públicos tienen la responsabilidad de actuar. En la guía se leen indicadores específicos e inespecíficos para maestros, médicos, operadores, entre los que pueden ocurrir en la escuela, se ve: tendencia a permanecer en la escuela fuera del horario habitual, conflicto o desconfianza con las figuras de autoridad o adultos, trastornos de la conducta alimentaria: bulimia y anorexia, conductas
autoagresivas, conductas sexuales infrecuentes o precoces, sobreadaptación, hostilidad, agresividad, tristeza, desesperanza. Los sentimientos y sus demostraciones son distintas en cada niño y dependen de múltiples factores. Por eso es importante la escucha cuidadosa.
“Tanto el relato directo de una niña, niño o adolescente de abusos padecidos como el relato de testigos directos debe activar los mecanismos de protección de manera inmediata”, dice la guía. Y da paso a un tema central: “La detección temprana de abusos sexuales en niñas y adolescentes menores de 15 años además de detener el abuso evitaría embarazos forzados y maternidades forzadas”. ■