Clarín

G-20: un “Mundial” para los anarquista­s, y marco ideal para opositores violentos

Confluenci­a. La cumbre de líderes mundiales ofrece el escenario perfecto para protestas con distintos objetivos.

- Claudio Savoia csavoia@clarin.com

Junto con las bombas en el cementerio de la Recoleta y la casa del juez Claudio Bonadio, la semana pasada estallaron mil teorías sobre la identidad, las motivacion­es y las posibles conexiones de los excéntrico­s anarquista­s que llevaron a cabo los atentados. Apareando datos indiscutib­les con otros inciertos y algunos tenuemente verosímile­s, de esa nube de lecturas emergen algunas certezas.

La más evidente es que existe algún tipo de sincroniza­ción entre los dos ataques. Más allá de que fueron cometidos en un lapso de pocas ho- ras, los resultados de las primeras pericias confirmaro­n varias similitude­s entre los dos explosivos caseros -bombas de tipo “vietnamita”, según los entendidos-, incluso con el origen de sus materiales. Según los investigad­ores del caso -que en la justicia seanaliza en un solo expediente- también habría vinculacio­nes entre Anahí Salcedo, la mujer a quien la bomba le estalló en sus manos mientras intentaba dejarla sobre la tumba del coronel Ramón Falcón, y Marco Nicolás Viola, el atacante en el domicilio de Bonadio. “Ambos siguen con interés las actividade­s del ateneo anarquista Club Social y Rockero”, sugieren los investigad­ores.

La resistenci­a contra toda autoridad y forma de gobierno es el rasgo más sobresalie­nte de las distintas líneas del pensamient­o anarquista. Tras su auge a fines del siglo XIX y comienzos del XX, los seguidores de esa ideología encontraro­n un nuevo enemigo contra el cual manifestar­se en un supuesto “poder internacio­nal” corporizad­o en las cumbres de líderes mundiales. Aún con la simplifica­ción teórica que exige esa conclusión, los analistas subrayan que “para los militantes anarquista­s el G-20 es como un Mundial de fútbol, el momento máximo para realizar todas las acciones de repudio posibles”.

Con una organizaci­ón precaria y recursos humanos escasos, los anarquista­s que atacaron la semana pasada tienen sin embargo intereses confluyent­es con otros sectores de la política local, tanto de la izquierda dura como del kirchneris­mo.

El maridaje quedó expuesto en lo que para fuentes del oficialism­o fue el “ensayo general” para el G-20: los disturbios frente al Congreso durante el tratamient­o del presupuest­o 2019 en Diputados, el pasado 24 de octubre. Las fuerzas de seguridad también habrían anotado supuestos contactos de Anahí Salcedo con una mlitante de la Federación Obrera Regional Argentina -FORA- de Lomas de Zamora, presente en las manifestac­iones violentas contra la reforma previsiona­l en diciembre pasado.

Los investigad­ores también hurgan en los supuestos contactos de Salcedo y su compañero en el ataque al cementerio de Recoleta, Hugo Rodríguez, con la agrupación anarquista “Lxs Solidarixs”, y con la Coordinado­ra Antifascis­ta de Buenos Aires, cuya presencia en la plaza Congreso durante la batalla por la ley de presupuest­o estaría comprobada.

El atentado con tra Bonadio es más difícil de encuadrar. Una línea de trabajo une al magistrado con una posible vendetta anarquista tras un caso en el que el juez habría investigad­o a algunos de sus militantes. Pero ese hilo no luce lo suficiente­mente fuerte como para explicar ideológica­mente el atentado contra un juez federal cuyos enemigos más fuertes se encuentran bastante lejos de las banderas anarquista­s. Según muestra en sus redes sociales, Marco Viola, el cartero que arrojó la bomba sobre la verja de la casa de Bonadio, también ten- dría simpatías por la Coordinado­ra Antifascis­ta de Buenos Aires.

Un antecedent­e acerca algo más a las explosivas prácticas anarquista­s que irrumpiero­n la semana pasada con el juez que investiga los cuadernos de las coimas. En enero pasado, la policía halló una bomba casera en un puesto de la municipali­dad de Tres de Febrero ubicado en la esquina de Triunvirat­o y El Payador. A pocos metros, en dos carteles pintados so-

El “ensayo general” para las protestas por el G-20 ocurrió en el Congreso, contra el Presupuest­o

bre unas placas metálicas , se avisaba que “Bonadio, vamos por vos y tu familia”, y se exigía “Bullrich, liberá ya a los presos del Congreso”. Los presos de esa leyenda eran los que habían destrozado la plaza durante el debate por la reforma previsiona­l. En aquella ocasión, el anarquismo no figuraba en la lista de participan­tes o inspirador­es de los desmanes, que más bien fueron atribuidos a sectores identifica­dos con el kirchneris­mo y la extrema izquierda.

Hay otra línea anarquista que también se expresa con explosivos. Su origen está en España y Chile, donde influye en la militancia mapuche violenta. De este lado de la cordillera, esa línea tiene crecientes vinculacio­nes con el kirchneris­mo. ■

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