Clarín

Cristina abrió la contracumb­re del G20 y llamó a la unidad de la oposición

Habló en Ferro, y en un discurso de tono electoral convocó a armar un “frente social, cívico y patriótico”. Cargó duro contra Macri. “Los gatos son gatos y las yeguas son yeguas”, dijo.

- Jazmín Bullorini jbullorini@clarin.com

Después de haber participad­o en ocho cumbres del Grupo de los 20, la ex presidenta protagoniz­ó junto a Dilma Rousseff y Pepe Mujica el acto que se le opone. Con un auditorio de ex funcionari­os y militantes alejados del poder, pidió conformar “un frente cívico, social y patriótico”.

En medio del proceso de reagrupami­ento de la oposición y la proximidad del G20, Cristina Kirchner volvió a subirse a un escenario -no lo hacía desde diciembre de 2017- y en clave electoral convocó al armado de un “frente social, cívico y patriótico en el cual se agrupen todos los sectores que son agredidos por las políticas del neoliberal­ismo”. Dijo que ese espacio no debería ser “de derecha ni de izquierda”.

El llamado es justo cuando diferentes sectores peronistas y otras fuerzas políticas empiezan a acercarse al kirchneris­mo, a menos de un año de las elecciones presidenci­ales de 2019.

En un abarrotado y caluroso tinglado del club Ferro, la líder de Unidad Ciudadana abrió ayer el Foro Mundial del Pensamient­o Crítico, organizado por CLACSO, en el que participan otros ex mandatario­s como el uruguayo José Mujica y la brasileña Dilma Rousseff. El foro es en los hechos una “contracumb­re” a la del G20, que se realizará en Buenos Ai- res del próximo viernes 30 al sábado 1° de diciembre.

Pero la ex presidenta buscó despegarse: “No es una contracumb­re. Nosotros, como espacio progresist­a, debemos acostumbra­rnos a no presentarn­os como la contra de nada, sino como un espacio político de ideas y perspectiv­a económica y social”.

A lo largo de su exposición -duró una hora- buscó mostrar un tono conciliado­r, excepto cuando habló de Cambiemos.

“La división es un lujo que no nos podemos permitir”, advirtió la ex presidenta. En esa línea, le hizo también un guiño a la Iglesia: “La división no puede ser entre los que rezan y los que no rezan; esa división no es nacional ni popular”, planteó y se sumergió en la grieta que abrió el aborto: “En nuestro espacio hay pañuelos verdes, pero también hay pañuelos celestes”, afirmó. La expresión generó murmullos que Cristina percibió. “Tenemos que aprender a aceptar eso sin llevarlo a la división de fuerzas. Puede costar y no gustar lo que digo, pero es lo que pienso. Podré tener muchos defectos, pero mentirosa no soy”, agregó.

En claro tono de campaña, cargó fuerte contra el Gobierno. Hizo una comparació­n entre su gestión y los tres años de Mauricio Macri y contrapuso cifras de endeudamie­nto, empleo, inflación y valor del dólar. “(Macri) duplicó la inflación. El Gobierno que proclamaba que iba a ser el problema más fácil de resolver”, afirmó. Incluso planteó que durante su ges- tión “la gente evitaba ir al supermerca­do los fines de semana por las colas que había” mientras que “hoy los supermerca­dos están vacíos”.

También hablo de algunos “Hitlers modernos que acusan a los inmigrante­s de que no haya trabajo”. Sobre el final, sentenció que más allá de las redes sociales “la calle sigue siendo el escenario” político principal, lo que algunos de los sindicalis­tas presentes entendiero­n como apoyo a las movilizaci­ones y paros previstos.

Si bien Cristina evitó abucheos y cánticos contra el Presidente (“No gritemos porque perdemos tiempo de pensar otras cosas”, pidió) ella misma bromeó sobre el mote con el que el kirchneris­mo descalific­a al Presidente. Tras plantear que el ser humano se caracteriz­a por la “diferencia­ción del otro”, contrapuso: “En cambio los animales son animales. Los gatos son gatos y las yeguas son yeguas”. Recibió una ovación.

La reaparició­n -su último discurso ante público había sido el 28 de diciembre, en Avellaneda- de la ex presidenta se da en medio de algunas señales de unidad dentro del arco opositor, como el acuerdo entre los K, el massismo y el peronismo federal para quitarle a Cambiemos un miembro en el Consejo de la Magistratu­ra.

En primera fila estuvo todo el kirchneris­mo de paladar negro, como Agustín Rossi, Leopoldo Moreau, Martín Sabattella, Roberto Baradel y Mayra Mendoza, que fue con un cartel que pedía por la libertad de Amado Boudou. ■

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Foro. Cristina Kirchner en el encuentro que, en los hechos, es una contracumb­re al G20. En su gestión, dijo, la gente evitaba ir al supermerca­do los fines de semana “por las colas que había”.

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