Argentina mejoró, pero sigue entre los países que menos crean y retienen talentos
Quedó en el puesto 47° entre 63 economías del mundo. El primer lugar fue para Suiza y el último, para Venezuela.
El Centro de Competitividad Mundial de la prestigiosa escuela de negocios IMD, de origen suizo, elabora cada año un ranking mundial de talento, en el que sus especialistas consideran la capacidad de 63 economías de todo el mundo para desarrollarlo, retenerlo y atraer a la fuerza laboral internacional. Para elaborar este listado utilizan un amplio conjunto de indicadores que miden diferentes aspectos de la economía, los niveles de empleo, el costo de vida y las tasas impositivas. La Argentina estuvo una vez más incluida en la investigación, que arrojó para el país una conclusión amarga. Es que, si bien este año avanzó tres posiciones en la tabla, y se observa un avance progresivo en los últimos años, se mantiene ubicada en el último cuarto de la tabla.
El ranking se basa en el desempeño de los países en tres grandes categorías: inversión y desarrollo; calidad y costo de vida; y preparación o formación. Para cada una de estas áreas se asigna un puntaje individual y, con el promedio de las tres, se obtiene el resultado final. Mientras la Argentina ascendió este año al puesto 47, Brasil, Perú, México y Colombia quedaron por debajo. Venezuela, en el puesto 63, es el último de la tabla.
El factor de “Inversión y desarrollo” mide los recursos comprometidos para cultivar capital humano de cosecha propia. El factor de "Calidad y costo de vida" evalúa hasta qué punto un país atrae talento local y extranjero. Finalmente, el factor de "Preparación" cuantifica la calidad de las habilidades y competencias disponibles en un país.
En el área de inversión y desarrollo, la Argentina alcanzó el puesto 53. En esta categoría se contempla el gasto público total en educación, la cantidad de maestros que hay por cada estudiante, el nivel de aprendizaje, la capacitación laboral y la infraestructura en salud.
En calidad y costo de vida, llegó al puesto 48. Aquí, además del esos indicadores, se contemplan la capacidad de las empresas para atraer a estos talentos, la motivación para los egresados en permanecer en el país, la remuneración de servicios profesionales y el respeto a los derechos de propiedad.
En preparación también está en el puesto 48, que incluye el crecimiento de la fuerza laboral, la experiencia internacional de cada talento, el nivel del sistema de educación actual, el nivel de ciencia en la escuela, la capacidad de hablar otros idiomas y los asesoramientos a nivel educacional.
A grandes rasgos, el país muestra avances en el rendimiento en calidad y costo de vida (paso del 53 al 48) y en preparación (del 46 al 44). Pese a una ligera desaceleración en inversión y desarrollo (de 53 a 55) y una evidente incapacidad para retener talento, conserva un alto nivel de innovación.
Este ranking analiza 63 economías, la mayoría de las cuales tienen un nivel de ingreso per cápita alto o medio. Como la Argentina, hubo otros 48 que mantuvieron o experimentaron una mejora en su capacidad para desarrollar, retener y atraer a personas altamente calificadas (Chile, por ejemplo, pasó del 45 al 44), mientras que 15 muestran una disminución con respecto al año pasado ( Brasil bajó seis puestos y México, cinco).
“La edición de 2018 del IMD confirma las tendencias de que los países más exitosos en competitividad del talento son economías europeas, medianas, con altos niveles de inversión en educación y calidad de vida. Así, por ejemplo, Suiza, Dinamarca y Noruega ocupan los tres primeros puestos, respectivamente”, indican los analistas de IMD.
Además, los resultados sugieren que la riqueza del país no es el único impulsor significativo de la competitividad del talento. De hecho, los indicadores de progreso social, así como la calidad de las instituciones son una base sólida para atraer profesionales altamente calificados del grupo internacional de talentos.
Tampoco es una casualidad que las economías que encabezan el ranking se posicionan entre los países más ricos del mundo. Por lo tanto, se espera que un alto PIB per cápita -es decir, un alto nivel de salarios- sea un factor importante tanto para atraer profesionales extranjeros altamente calificados como para retener el talento de cosecha propia. ■