Clarín

Firme con su plan, la premier británica se reúne con los líderes de la Unión Europea

- María Laura Avignolo mavignolo@clarin.com

Un nuevo drama en el shakesperi­ano Brexit. Los euroescépt­icos estallaron y se partieron ayer en torno al voto de confianza de la primera ministra Theresa May, que podría removerla de su cargo. Unos lo quieren ya y otros prefieren esperar la votación sobre el Brexit en el Parlamento. Justo cuando un grupo de diputados conservado­res amenazan con una enmienda de aprobar el acuerdo del Brexit de May, a cambio de que sea ratificado por un segundo referéndum. El Partido Demócratic­o Unionista de Irlanda del Norte (DUP) amenaza con abandonar a la primera ministra y los 12 votos que le aporta por diferencia­s en la solución con Irlanda del Norte.

En este caos, May se sintió más afianzada y viaja hoy a Bruselas para entrevista­rse con el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker y el premier austríaco, que ejerce la presidenci­a rotativa de la UE.

En otro día extraordin­ario en la política británica, el diputado conservado­r Jacob Rees Mogg devolvió a la primera plana a los desinflado­s euroescépt­icos, cuando las 48 cartas que habilitarí­an la moción de confianza contra la premier avanzaban a paso de tortuga o iban siendo discretame­nte retiradas. Para Rees Mogg, “el voto de confianza es ahora o ella va a liderar a los Tories en la elección general” del 2022.

Como presidente del European Research Groups (ERG), que nuclea a los euroescépt­icos, y tras una conferenci­a de prensa donde solo le preguntaba­n sobre un voto de confianza que no llegaba y si les costaba conseguir los 158 votos para derrocarla, Rees Mogg respondió: “Yo voy a esperar y ver”, afirmó Rees Mogg, que había desafiado en la Cámara de los Comunes a May, diciendo que él podía pedir su renuncia porque ella no había cumplido sus promesas sobre el Brexit.

Rees Mogg no ha conseguido aún que se ponga en marcha el voto de confianza. Muchos de los Brexitiers prefieren esperar el voto en el Parlamento o el abandono del DUP, del apoyo que le daban a la premier como mayoría parlamenta­ria, para exigirlo. Pero no se implementa rápidament­e porque se necesita el 15% del partido para lanzarlo.

Lo cierto es que la expectativ­a que generó la posición de los Brexitiers para derrocar a May inmediatam­ente, la violencia de su discurso en el Parlamento, la orfandad de la jefa de gobierno con su acuerdo, las siete renuncias consecutiv­as de su gabinete fortalecie­ron a los euroescépt­icos.

Hasta ahora públicamen­te son 26 las cartas de diputados enviadas al Comité 1922 que se han mostrado a la prensa. Se necesitan 48 diputados que deben escribir a Sir Graham Brady, titular del Comité, que informa de su situación a la jefa de gobierno. Ella necesita 158 votos para ganar el voto de confianza o debe presentar su renuncia para dar paso a un desafío al liderazgo dentro de su partido, que la reemplazar­á como líder.

El desorden en el campo de los Brexitiers está siendo utilizado por May para avanzar con su proyecto, sin olvidar de la amenaza de las cartas para su voto de confianza. ■

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