La AFA pierde el tiempo

De tan usada, la palabra “proyecto” está casi vacía de contenido, de modo que busquemos un atajo y digámoslo claramente: ¿Qué quiere hacer la AFA con la Selección? No se sabe.

Con el interinato “se ganó tiempo”, dicen (y mandan a decir) los cercanos a Tapia. Todo lo contrario. Se perdió el tiempo transcurrido desde el Mundial hasta este noviembre de doble amistoso con México.

Que se sepa, no hubo una sola reunión en la cual los dirigentes debatieran sobre la Selección. Qué quieren, cómo hacerlo, cuáles son los objetivos. La consecuencia de esa discusión debería proporcionar los nombres de los candidatos, si concluían que había varios entre los cuales elegir. Y quizá hasta pudo ser Scaloni el indicado. Pero cómo sólo hubo rosca en vez de trazar una política de Estado, se colgaron de Scaloni a quien, si lo confirman, lo dejarán en extrema debilidad. Como bien dijo el propio entrenador, quedará “por descarte”. Qué pobreza.

La AFA produjo otras maravillas. Por ejemplo, hicieron trascender que eran apetecibles Simeone, Martino, Pochettino y Gallardo. Como si fueran lo mismo. ¿Nunca consideraron a otros entrenadores de clubes locales?

Los cuatro, en forma pública o de modo oficioso, hicieron saber que no aceptarían una oferta. ¿No les llama la atención a los dirigentes? Técnicos de primer nivel rechazan a la Selección, no a un equipo del Federal B. ¿Se pregunta Tapia por qué? Es más, ¿qué se contesta? Alarma más la posible respuesta que la ausencia de curiosidad.

Y en medio del desconcierto y la hartante repetición de (no) políticas, falta la voz de los jugadores. Sería bueno escucharlos más allá de las frases de apoyo a Scaloni. Que propongan el debate profundo, que participen de él. No sólo los futbolistas de la Selección. Es una pena que dilapiden el derecho que les asiste. La frasecita “deciden los dirigentes” denuncia un all inclusive en la zona de confort. Después refunfuñan con mala cara. Y ya es tarde. ■