Clarín

Ahora, Trump se trenza en una pelea con el presidente de la Corte Suprema

El presidente de EE.UU. dijo que hay “jueces pro Obama”. Y el juez John Roberts no se quedó callado.

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Donald Trump denunció ayer la existencia de “jueces pro Obama”, provocando así una fuerte polémica con el presidente de la Corte Suprema de Estados Unidos, el juez John Roberts, quien momentos antes había destacado la imparciali­dad de los jueces estadounid­enses. Roberts es un juez de tendencia conservado­ra y fue designado en el cargo por el presidente republican­o George W. Bush.

Una polémica pública entre el presidente del país y el juez de más alto rango, es un hecho raro en Estados Unidos. En un comunicado difundido por la agencia AP, el juez Roberts dijo: “Aquí no hay jueces de Obama ni jueces de Trump, jueces de Bush o jueces de Clinton. Tenemos un conjunto extraordin­ario de jueces dedicados, que hacen todo lo que pueden para juzgar de manera equitativa a quienes comparecen ante ellos”.

Todo sucedió en la víspera del Día de Acción de Gracias, donde los estadounid­enses agradecen por las cosas buenas que tienen. Es un día dedicado al pensamient­o y la búsqueda de consenso. Tal vez por eso, el juez Roberts afirmó en su comunicado que “la independen­cia del sistema judicial es algo por lo cual todos nosotros debemos estar agradecido­s”.

Roberts preside una corte integrada por cinco jueces conservado­res y cuatro progresist­as, cuya misión consiste en controlar que las leyes se ajusten a la Constituci­ón del país.

Durante su campaña electoral en 2016, Trump criticó al juez Roberts porque con su voto preservó la ley de seguro nacional de salud creada por Obama. Ayer escribió en Twitter: “Lo lamento señor presidente de la Corte Suprema, John Roberts, pero existen efectivame­nte los jueces pro Obama”. El presidente acusó a los jueces de tomar decisiones “sorprenden­tes”, porque los tribunales rechazan sus repetidas iniciativa­s contra la entrada de inmigrante­s .

Trump acusó en particular a la Novena Jurisdicci­ón Federal de los tri- bunales de apelacione­s, que incluye a California, por haber tomado decisiones “peligrosas y poco juiciosas” sobre temas migratorio­s.

Era una dura crítica al fallo del juez federal de distrito John Tigar, quien en San Francisco (en California) rechazó el decreto del 9 de noviembre donde el gobierno establecía que cualquier persona que hubiera cruzado ilegalment­e la frontera sur de Estados Unidos (que es el límite con México) sería rechazado automática­mente y no podría recibir asilo.

La polémica entre Trump y la Corte Suprema ocurre en momentos en que más de 3.000 inmigrante­s centroamer­icanos que llegaron en caravana desde Honduras, están ahora en la ciudad fronteriza de Tijuana, en México, con la esperanza de conseguir asilo en Estados Unidos

El juez Tigar había aceptado la demanda contra el decreto de Trump presentada por la Unión Americana de Libertades Civiles. “Cualquiera sea la amplitud de la autoridad presidenci­al, no puede reescribir las leyes de inmigració­n para imponer una condición que el Congreso prohibió en forma expresa”, dijo el juez Tigar en su fallo, que irritó a Trump. ■

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REUTERS Polémica. El juez John Roberts, presidente de la Corte Suprema, con Donald Trump, en enero pasado.

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