Clarín

“Si la Justicia hubiera hecho algo, mi hija y mis nietos estarían vivos”

- Mariana Iglesias

Una orden judicial le impedía acercarse a la casa de 54 entre 25 y 26, en Colón, al norte de Buenos Aires. Mucho menos podía entrar, pero lo hizo con un arma y mató a todos los que estaban adentro. Leandro Andrés Ayala empezó por dispararle a su objetivo, Delia, y siguió con los demás: su hija de 2 años, el nene de 13 y un hombre de 55. Ayala mismo llamó al 911 y avisó de las muertes. Cortó y se mató. La madre de Delia, la abuela de los niños, asegura que Ayala tenía denuncias de tres mujeres distintas por violencia y por abuso sexual.

Ayala, de 37 años, repartía productos lácteos en esta ciudad que queda a 7 kilómetros de Santa Fé. Tenía cinco hijos con tres mujeres: todas, en algún momento, lo denunciaro­n.

Viviana Edith Vita es la madre de Delia, la abuela de los dos chiquitos muertos: Jonas, de 13 años, que tenía algunas discapacid­ades, y Josefina, de 2 años, que había sido abusada por Ayala y por eso Delia lo había denunciado. “El nunca fue la pareja de mi hija, fue una relación ocasional. Ella se cuidaba y tomaba anticoncep­tivos, pero en ese momento estaba con dolor de muelas, tomó antibiótic­o y se ve que le cortó el efecto y quedó embarazada”, cuenta a Clarín.

Delia, asegura Viviana, nunca dudó en seguir adelante con el embarazo aunque jamás vivió con Ayala y él no la acompañó. “Eso sí, el día del nacimiento se apareció por el hospital y dijo que en el documento le pusieran su apellido”, cuenta. Delia le hizo caso: le puso Josefina Ayala. De vez en cuando él visitaba a la nena y en el último año se la llevó un par de veces a la casa. Delia sospechó: la nena volvía bañada.

La última vez, un par de semanas atrás, “la nena dijo que el papá le había metido el pito en la cola”, dice la abuela a Clarín. Delia fue a hacer la denuncia a la fiscalía de Colón. “Pero no lo detuvieron. Sabemos que el lunes 12 le llegó que no podía acercarse a la casa de mi hija”. Explica Viviana que la fiscal Magdalena Brandt le impuso una perimetral. Pero el jue- ves 15 Ayala entró a la casa y los mató.

“El juez Fernando Ayastaran tampoco hizo nada. A mi hija no le dieron un botón antipánico, no le pusieron un patrullero en la puerta. La dejaron sola”, denuncia Viviana. Y cuenta que la segunda pareja de Ayala se tuvo que ir de Colón con su hijito porque lo denunció y en vez de obtener Justicia, él comenzó a amenazarla.

“Mi hija y mis nietos estarían vivos si la Justicia hacía algo, pero acá no hacen nada. Hay muchas denuncias de abusos y no pasa nada”, dice.

Viviana atiende una despensa en su casa. Delia la ayudaba. Tenían el plan de poner juntas una rotisería. Delia tenía dos hijos mayores, que se salvaron porque no estaban en la casa en el momento que entró Ayala. Ahora viven con una tía. ■

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