Riquelme besó la Copa en un asado de campeones de América
El martes hubo dos cenas referenciales para el mundo Boca. Una estaba anunciada y se hizo pública. Carlos Tevez, el histórico referente del plantel, invitó a todos sus compañeros a su casa en la Zona Norte con el objetivo de cerrar filas y unir al grupo de cara al histórico objetivo del sábado: ganar la Libertadores en el Monu- mental. La iniciativa del jugador de Fuerte Apache se conoció después del triunfo ante Patronato.
La otra trascendió por estas horas y tuvo como anfitrión a Juan Román Riquelme. Sí, el legendario "10" jugó la Superfinal a su manera. Se juntó con algunos de los campeones de las Copas de 2000, 2001 y 2007 y le estam- pó un beso al trofeo que supo conquistar en tres oportunidades. Clarín accedió a los detalles de ese evento íntimo.
“Román estuvo activo. No sólo preparó el asado; hasta sirvió el postre y el café”, le contó Emmanuel Ruiz a Clarín. Suchard, que es Director de Deportes de la Línea Social de la Provincia de Buenos Aires, fue uno de los organizadores de la cena en la casa que Román tiene en Nordelta.
Ahí estuvieron Óscar Córdoba, Mauricio Serna, Raúl Cascini, Marcelo Delgado, Aníbal Matellán, Pepe Basualdo, Ariel Carreño y Chipi Barijho, entre otros. Comieron carnes y cantaron por Boca, recordando anécdotas de aquellos años de gloria.
¿Román tiene la Libertadores en el living de la casa? No, claro que no. Se trata de una réplica que la Conmebol le regaló hace algunos años por su muy buena relación con la dirigencia y por lo que significó como futbolista para el torneo más importante del continente.
A diferencia de otros años, Román casi no habló públicamente. En otras oportunidades había sido crítico con Boca y elogioso con River, generando malestar en los hinchas. La foto con sus ex compañeros, en cambio, cayó muy bien entre los fieles xeneizes. Fue tomada como una muestra de apoyo de uno de los máximos ídolos.
¿Que no hay que besar ni tocar la Copa antes del partido? Riquelme no le prestó atención a está cuestión de cabuleros. Y mientras Carlitos Tevez y compañía cenaban pensando en el sábado y en River, Román montó su propia cumbre. ■