“Educación Sexual Integral: la sexualidad no es un pensamiento”
En el programa PPT del 18 de noviembre se vio con claridad que bajo la aplicación de la ley ESI (Educación Sexual Integral) se enseña ideología de género y desde los jardines de infantes, abriendo una verdadera caja de Pandora. Para esta concepción la sexualidad se vivencia y expresa a través del pensamiento. En esos términos, sin duda, es una concepción racionalista que discrimina la realidad o la minimiza. Construcción racionalista que al estar dirigida a niños, que aún no son responsables de sus actos, trae confusión a los mismos.
Esta sepultura de la realidad o minimización de lo empírico de lo que es por algo que no es, pero que la mente humana omnipotente eligió ser, fuera de su sexualidad natural, radica en el error humano, cartesiano y soberbio de “pienso luego existo”. La aplicación de esta teoría pedagógica es intrincada y peligrosa, dado que cuando va dirigida a los niños debemos extremar sus cuidados, tanto de su bienestar corporal como mental, lo cual como primer deber le corresponde a los padres y/o tutores.
El módulo valorativo de enseñanza pública que se pretende entraña peligros para la formación de los niños y esto no tiene que ver con respetar las diferencias o diversidades que también están en la realidad. Es que solamente la razón humana tiene éxito si se apoya en la comprensión y en su conexión con la realidad; no sondearla es sólo de los necios. Aristóteles dijo que el límite de las leyes está en la naturaleza de las cosas, su renuncia es impensable.