Clarín

Atraparon en Bolivia al violador serial más buscado de la Argentina

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Walter Alberto Brauton Steimbach (47) fue hasta este miércoles el delincuent­e sexual más buscado del país: la recompensa por su cabeza era de 300 mil pesos. Pero, como todo tiene un final, el de la vida como prófugo de este condenado a 40 años de prisión por una serie de violacione­s también llegó.

A Brauton lo detuvo Interpol en Potosí, Bolivia, este miércoles. Había permanecid­o cinco años prófugo tras drogar a un guardicárc­el y huir del país con su amante durante una salida transitori­a de prisión que un juez le había otorgado para que pudiera visitar a su mamá, en Merlo.

La informació­n fue confirmada a Clarín por fuentes del Ministerio de Seguridad de la Nación, que agregaron que ya está en Salta desde donde hoy a la mañana será embarcado en un vuelo a Buenos Aires.

A Brauton lo buscaban desde agosto de 2013, cuando aprovechó un recurso extraordin­ario para salir de la Unidad Penal 39 de Ituzaingó donde estaba preso, condenado a 40 años de cárcel por haber raptado a nueve mujeres y haber violado a siete. Podía salir para visitar a su mamá, que aparenteme­nte estaba enferma.

Ese beneficio se lo había dado el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 de Morón en 2011, dos años después de haberlo condenado. Una vez al mes, el preso podía ir a la casa de su madre de la localidad de Mariano Acosta, en Merlo. La última visita sólo fue acompañado por un agente del Servicio Penitencia­rio, que justo había cumplido años por esos días.

Fue después del almuerzo y cuando Brauton, su madre y su amante tomaban unos mates, que le convidaron uno al hombre que debía custodiarl­o. El mate tenía un somnífero y por eso a los pocos minutos el guardiacár­cel se desmayó. Así fue la huida del violador serial y su mujer: ambos se fueron del país en avión y con documentos falsos.

Ella, Graciela Rita Prono, sería la primera en caer. Por las escuchas telefónica­s, determinar­on que la pareja estaba en Bolivia y también supieron cuándo regresaría la mujer de Brauton al país: ese 20 de agosto de 2015, por orden del fiscal de Morón Claudio Oviedo, la esperaba la Policía en la Estación de Ómnibus de Liniers. La arrestaron cuando bajó del micro.

Graciela siempre le creyó a Brauton. Él le juraba que era inocente de los abusos por los que lo condenaron. Todos ocurrieron entre enero y marzo de 2005 en el oeste del Conurbano: en Loma Hermosa, Merlo, San Alberto, Castelar, Moreno e Ituzaingó.

Casado, padre de dos hijos, Brauton vivía en Marcos Paz y trabajaba como contador en una concesiona­ria de autos de Tortuguita­s cuando aún no lo habían detenido.

El violador iba en su auto, amenazaba a sus víctimas con un arma y las violaba en algún descampado. Usaba preservati­vos que luego guardaba debajo del asiento de su coche. Todas las mujeres abusadas por Brauton, que por entonces tenían entre 17 y 23 años, lo reconocier­on.

A Brauton lo arrestaron en Ituzaingó, cuando quiso violar a una odontóloga que se resistió a pedradas.

Cuatro años después, en 2009, fue condenado a 40 años de prisión por siete violacione­s, tres intentos, robo y nueve raptos. La condena fue del TOC N° 2 de Morón, el mismo que le dio las salidas extraordin­arias. ■

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Traslado. Walter Brauton ayer en Salta, horas antes de ser embarcado.

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