Buenos Aires necesita dos polos de desarrollo con el INEF incluido
Como hombre del deporte defiendo la idea de que tanto el Centro Nacional de Alto Rendimiento como el Instituto Nacional de Educación Física continúen funcionando en el predio que ocupan en la actualidad.
Por un lado me genera indignación que se quieran destruir unas instalaciones como las del CeNARD con el fundamento de mudarlo al sur de la Ciudad. Yo fui uno de los ideólogos y el primer director del CeNARD, que nació hace 29 años. Desde entonces pasaron muchas gestiones y todas aportaron lo suyo, lo mejoraron y lo hicieron crecer. Hoy hay más de 30 deportes funcionando allí, algo impresionante para Argentina.
Entonces, ¿por qué destruir ese predio que usan por día unas 2 mil personas, desde medallistas olímpicos hasta atletas paralímpicos, para construir edificios o torres? El Ce- NARD debe mantenerse como está e integrarse con el nuevo centro en el sur de la Ciudad que se construyó para los Juegos Olímpicos de la Juventud. Porque Buenos Aires necesita y merece dos polos de desarrollo.
Y el Instituto Nacional de Educación Física también debe permanecer allí. El INEF está dentro del mismo terreno del CeNARD y funcionan como una unidad deportiva-educativa muy importante. Porque, ¿qué mejor práctica pedagógica para un futuro docente de Educación Física que ver día a día cómo se entrenan los mejores atletas de nuestro país y poder conversar cara a cara con los entrenadores de esos deportistas?
Con las dos instituciones funcionando paralelamente en el mismo predio se genera una simbiosis espectacular. Y eso es algo que se da en los mejores países del mundo, como yo pude ver, por ejemplo, en algunos de mis viajes como preparador físico de las Leonas, por ejemplo.
El Instituto generó profesores que después le dieron muchísimo al deporte argentino. Julio Velasco, por nombrar uno de miles, fue alumno mío en el profesorado y hoy es uno de los mejores entrenadores del voleibol mundial. Y como él hay muchísimos más que nacieron y se formaron viendo de cerca a los mejores atletas de nuestro país. Eso, insisto, es algo invaluable. ■