Una guerra de nervios antes del paro del lunes
La empresa suspendió los vuelos y no pidió la conciliación obligatoria. Los gremios se quejan con dureza.
La guerra de nervios es un ingrediente fuera de programa en la disputa entre la conducción de Aerolíneas Argentinas y los gremios aeronáuticos. Los mismos gremios que están convocando a un paro para este lunes ahora están reclamando que alguien les pise el freno: o Aerolíneas, o al menos alguien del gobierno. Lo a través de comunicado donde exigen que el Gobierno dicte la conciliación obligatoria. “Ni la Empresa solicita la Concilia- ción Obligatoria ni el Ministerio de Producción y Trabajo la dictamina”, dijeron los gremialistas.
La respuesta de Aerolíneas demoró unas horas: al mediodía, en vez de pedir la conciliación, la empresa comunicó que suspendió todos los vuelos de este lunes. Y azuzó a los gremios: “No definieron por cuánto tiempo será el paro”.
En la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) entienden que el presidente de Aerolíneas, Luis Malvido, buscó a propósito dinamitar cualquier posibilidad de diálogo para forzar un paro y exponer la situación ante la opinión pública. “Nos empujaron a este paro. Si no quisieran empujarlo no nos hubieran mandado telegramas de suspensión”, argumentan.
Pero dentro de Aerolíneas aseguran que no hay ninguna doble intención en la decisión de no pedir la conciliación. “Estamos en una situación de quebranto real: se devaluó el peso, aumentó el combustible, cayeron los precios de las tarifas por la guerra de precios y le tuvimos que pedir 100 millones de dólares extra a un Gobierno que decretó el défitit cero. Parece que los gremios no terminan de entender qué es lo que está pasando”, dicen voceros de la empresa. En ese juego de victimización de los dos bandos, se tejen también suspicacias sobre lo que se cocina en la otra trinchera. “Si en Aerolíneas se apoyan en la teoría de que “cuanto peor mejor”, nadie puede descartar que quieran hacer escalar el conflicto. Pero ojo, Pablo Biró no es (Roberto) Baradel. No les va a resultar tan fácil asociarlo al kirchnerismo”, agregaron los voceros de APLA.
Estrictamente, de los cinco gremios de los que convocan a un paro para es- te lunes, el único identificado con el kirchnerismo es la Asociación de Personal Aeronáutico (APA), que agrupa al personal de tierra. Su titular, Edgardo Llano, integra la CTA de Hugo Yasky y juega políticamente para Cristina Kirchner. Otro de sus aliados, Ricardo Cirielli, fue funcionario de Néstor Kirchner, pero posteriormente denunció tanto a su ex jefe Ricardo Jaime como la política de La Cámpora en Aerolíneas. Su última alianza pública fue con la CGT Azul y Blanca de Luis Barrionuevo, pero Cirielli también tiene una llegada personal con Hugo Moyano, ya que fue de los primeros en apoyar al camionero cuando rompió con la CGT oficialista (la primera vez), a fines de los ‘90.
Pablo Biró, de APLA, acompañó a Moyano en la misa de Luján de octubre. Rubén Fernández (UPSA) también apoya a Moyano, lo mismo que el único de los seis gremios que no convocó al paro: la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), cuyo titular, Juan Pablo Brey, milita con Facundo Moyano e integra la “mesa chica” de la Confederación Argentina del Transporte (CATT), que convocó a un paro para el martes contra el G20.
Lo cierto es que en Aerolíneas no muestran precisamente entusiasmados con la idea de ir al conflicto, una vez más, con los gremios. Dicen que están obligados a ponerse duros, porque se les acabó el dinero. “Malvido no llegó para ponerse a negociar a cara de perro, simplemente le tocó asumir justo con la devaluación. A cualquier presidente de Aerolíneas le gustaría ser como Isela Costantini, quien fue presidenta cuando había fondos para dar aumentos”. ■