La actividad cayó 5,8% en septiembre y la economía ya está en recesión
Se completaron seis meses consecutivos de contracción. En el año el retroceso acumulado es del 1,5%.
Por las caídas en casi todos los principales sectores productivos, como la industria, la construcción, el transporte y el comercio, en septiembre la actividad económica descendió 5,8% con relación a un año atrás, según el Estimador mensual de Actividad Económica (EMAE) que elabora el INDEC. Al sumar dos trimestres consecutivos de descenso de la actividad, técnicamente la economía está en recesión y se descuenta que continuará así durante el actual trimestre.
Se trata de la segunda mayor caída interanual en lo que va de 2018, luego del -6,8% de junio, por la sequía que perjudicó al campo.
En septiembre la disparada del dólar y el encarecimiento del crédito golpearon a los sectores tanto productores de bienes como de provisión de servicios. Así entre enero y septiembre la actividad cae 1,5%. Y en la medición desestacionalizada, en septiembre hubo una caída del 1,9% con relación a agosto.
La consultora LCG señala que “con este dato cierra el segundo trimestre consecutivo con caída de la actividad, confirmando el inicio de una nueva recesión. En relación con otros períodos recesivos, corridos 8 meses desde el último techo (enero 2018) el actual retroceso de la actividad viene siendo similar al de las recesiones de 2002, 2009 y 2012”. No obstante, el ciclo recesivo no ha concluido y se espera una nueva hasta fin de año.
Las ramas de actividad con mayores bajas en septiembre fueron la industria manufacturera ( -10,8%) , comercio mayorista y minorista (12,8%), Hoteles y Restaurantes (-4,2), transporte y comunicaciones ( -4,6%) y Servicios Sociales (-3,4%). Por su parte, se aceleró la caída en la construcción con un descenso del 3%, que
hasta julio había tenido un comportamiento muy expansivo. Nuevamente, en septiembre la excepción fue el sector financiero (+ 2,7%) y en menor medida las actividades empresariales e inmobiliarias y la agricultura.
De aquí se desprende que el mes pasado no fue el impacto de la sequía lo que afectó la actividad sino un re- troceso más de conjunto.
En octubre, la industria siguió cayendo, como anticipó FIEL. Hubo un fuerte desplome de las importaciones por el alza del dólar pero también por la menor actividad. Y el consumo siguió en retroceso por el encarecimiento del crédito y dificultades en las cadena de pago. De las previsiones oficiales surge que en las próximas semanas deberá profundizarse la menor actividad porque se estima que 2018 cerraría con un descenso de la economía de entre el 2 y 3%.
LCG vaticina que “este año la actividad tendrá una caída piso del 2% anual, dejando un arrastre estadístico negativo de 3 puntos para el año que viene. No descartamos que en 2019 la actividad pueda crecer. De todos modos, sería un crecimiento puramente estadístico, a partir de una recuperación muy marginal impulsada por el aporte del agro, cierta tracción de los sectores energéticos (regulados) y de aquellos que puedan capitalizar la mejora de la competitividad (exportadores y sustituidores de importaciones); y altamente condicionada al desenlace electoral y su contagio a la economía”.
Ecolatina resumió así la situación que atraviesa la economía: “Disipado el impacto negativo de la sequía, la contracción económica responde fundamentalmente a dos factores: el aumento del tipo de cambio y la aceleración de la inflación. La consecuente reducción del poder adquisitivo en dólares y en pesos, retrajo la demanda de bienes durables y de consumo, lo que llevó a las empresas a reducir al mínimo la producción dado el creciente costo financiero de mantener stocks elevados en un contexto de ventas deprimidas. A ello se suma, que particularmente en septiembre, los bruscos movimientos del tipo de cambio y las expectativas de un nuevo acuerdo con el FMI, hicieron que reinara la incertidumbre paralizando la toma de decisiones de los agentes económicos. ■