Gibraltar, el conflicto que ahora amenaza con hacer caer el acuerdo por el Brexit
España exige garantías sobre el Peñón y amenaza con vetar el pacto. Theresa May se niega a hacer cambios.
Gibraltar puede arruinarle el Brexit a la primera ministra británica Theresa May, que está cuestionada por los propios conservadores. Algunos consideran que “es mejor quedarse en la Unión Europea que irse con este proyecto”. Si bien la resolución de la cumbre europea de mañana va a tomar una decisión por mayoría calificada y consenso, la última conversación entre la premier británica y el presidente español Pedro Sánchez “no dio los resultados esperados”.
“Tras mi conversación con Theresa May, nuestras posiciones permanecen lejanas. Mi gobierno siempre defenderá los intereses de España. Si no hay cambios, vetaremos el Brexit”, tuiteó el presidente español desde La Habana, en su primera visita oficial a Cuba (ver pág. 40).
Cuando Gran Bretaña creía que había calmado a España este jueves sobre Gibraltar, la crisis renació a la medianoche, cuando Sánchez dijo que estaba “en completo desacuerdo con Theresa May”. El presidente español considera que aún siguen sin darse las garantías suficientes en relación con la situación de Gibraltar.
Ayer a la tarde, el jefe de gobierno español fue aún más lejos: advirtió que si su país no llega a un acuerdo sobre Gibraltar, la esperada cumbre de la Unión Europea prevista para el domingo “muy probablemente” no se celebre. “Las garantías aún no son suficientes y por tanto España mantiene el veto al Brexit”, dijo Sánchez en rueda de prensa y subrayó que si “no hay acuerdo, lo que va a ocurrir muy probablemente es que el Consejo Europeo no se reúna”.
En realidad España no puede vetar porque el acuerdo se debe aprobar por consenso o mayoría. Pero, la convicción de los españoles es que debe salir con el consenso de los 27 miembros de la UE. “Si no hay declaración unánime, no sale”, aseguran las fuentes españolas en Londres.
Pero la advertencia se produce cuando frenéticamente May está tratando de cerrar los temas para llegar hoy al atardecer a Bruselas con un plan listo. Los líderes europeos van a buscar un consenso que no va a existir si no se resuelve Gibraltar.
España quiere una declaración que deje establecido que “cualquier decisión sobre Gibraltar, territorio en disputa, solo será adoptada en directas conversaciones con Madrid”.
Esa cláusula estaba en el borrador original del acuerdo de divorcio. Pero desapareció del texto de 26 páginas, que establece las relaciones futu- ras entre Gran Bretaña y la UE pos Brexit, escrito durante la madrugada del miércoles al jueves y en plena crisis tras la entrevista del presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker y Theresa May en Bruselas.
Gran Bretaña está desesperada y buscan en estas horas una negociación, que encabeza May. Los europeos prefieren que Gran Bretaña y España resuelvan su problema de soberanía en forma bilateral. Esta posición enfureció al representante español en Bruselas, el embajador García Berdoy cuando su colega alemán Michael Clauss llamó a España “a no hacer descarrilar el Brexit por la cuestión de Gibraltar”.
Los diplomáticos acusan a España de querer hacer de Gibraltar el mismo nudo gordiano que la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte para frenar el Brexit. España acusa a Gran Bretaña de haber introducido una cláusula en el pacto de divorcio que señala que Gibraltar está cubierto por un acuerdo sin el guiño de Madrid. El canciller español Luis Marco Aguiriano acusó a Londres de traición.
Theresa May reivindicó en la Cámara de los Comunes: “Yo fui absolutamente clara que la soberanía británica de Gibraltar va a ser protegida”.
El jefe de gobierno de Gibraltar, Fabian Picardo, dijo al programa británico Today que “el hecho de que España no está contento con los aspectos del acuerdo muestra que Gran Bretaña no ha fallado en las negociaciones en relación a Gibraltar”.
Pero “nosotros debemos mantenernos en la Unión Europea y si bien es un buen compromiso, nada va a ser tan bueno en términos de comercio como estar dentro de la UE”.
Gibraltar, controlada por los británicos desde 1713, votó en el referéndum en el 2002 en un 98% rechazando ser gobernados por los españoles. Pero votó No al Brexit masiva- mente en el último referéndum.
España quiere que su última palabra sobre Gibraltar figure por escrito. Para May, Gibraltar es un serio problema, que se extiende a las Malvinas, que votaron para quedarse en la UE porque no quieren perder sus tarifas privilegiadas, sus fondos de subsidios protección y preservación de su fauna, que ayuda a su industria turística, y su acceso a la UE. Los territorios en disputa británicos van a sufrir con el divorcio europeo.
Gibraltar puede frenar el Brexit. Por las implicancias que va a tener en los posteriores acuerdos de libre comercio que Gran Bretaña pretende hacer pos-Brexit y que deben ser aprobados por cada Estado miembro.
Pero no es el único drama que tiene Theresa May. Dominic Raab, el último secretario del Brexit en renunciar, dijo que el acuerdo de la primera ministra es “peor que continuar en la Unión Europea”. ■