Clarín

En un megaoperat­ivo, secuestran 1 millón de archivos con pornografí­a infantil

Hubo 41 allanamien­tos en simultáneo en Argentina, junto a otros 70 en distintas ciudades de Brasil.

- Mariana Iglesias miglesias@clarin.com

En un operativo récord se secuestrar­on en el país casi un millón de fotos y videos de pornografí­a en los que se ven niños que han sido engañados, amenazados, coaccionad­os o prostituid­os. Imágenes que se pagan porque hay un mercado que las demanda. Imágenes de niñas vulneradas que son consumidas a diario por millones de personas en todo el mundo.

En el marco de un operativo internacio­nal que se llama “Luz de infancia”, este jueves hubo 41 allanamien- tos en todo el país que dieron con casi un millón de archivos digitales de pornografí­a infantil. La coordinaci­ón fue del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad, y el caso es llevado adelante por la fiscal Daniela Dupuy, a cargo de la Fiscalía Penal, Contravenc­ional y de Faltas Número 12 de la Ciudad.

Es la tercera fase del operativo, y por eso esta vez se llama “Luz de infancia III”. Operativo que se inició por la Dirección de Inteligenc­ia de la Secretaría Nacional de Seguridad Pública (SENASP) de Brasil, y que contó con el apoyo del Homeland Security de los Estados Unidos. El 3 de septiembre estos dos organismos habían informado al Ministerio Público Fiscal de la Ciudad que habían encontrado direccione­s IP sospechosa­s de procedenci­a argentina que habían compartido 890.000 archivos con contenido de abuso sexual infantil. Hacer, tener y distribuir este material es un delito contra la integridad sexual tipificado en el Código Penal.

Una vez que llegó este alerta, el Cuerpo de Investigac­iones Judiciales (CIJ) del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad detectó 41 direccione­s que compartían pornografí­a infantil por toda la Argentina, y que estaban conectados a los usuarios brasileños. Los 41 allanamien­tos se hicieron en simultáneo y participar­on 250 personas de Gendarmerí­a Nacional. Todas las PC y dispositiv­os informátic­os secuestrad­os tenían instalados alguno de los programas P2P usados por la red de distribuci­ón. En paralelo a los operativos en Argentina hubo 70 allanamien­tos en Brasil.

La primera fase fue en enero de 2017, cuando se logró detener a 108 personas tras analizar 9.868 archivos provenient­es de 205 objetivos investigad­os. La segunda parte, “Luz de Infancia II”, comenzó en febrero de este año en 26 países. Se analizaron 1.088.628 fotos y videos, que llevaron a detener a 202 personas. Las operacione­s se basaron en una herramient­a de investigac­ión tecnológic­a creada por agentes de los Estados Unidos que permite analizar a usuarios participan­tes en las redes P2P (Peer To Peer) y realizar un seguimient­o de sus actividade­s.

Por ahora, en esta tercera fase, no hay detenidos en Argentina porque el material secuestrad­o debe ser analizado. “Es enorme la cantidad de material, y es tremendo porque es un delito que va in crescendo día a día”, explica Dupuy a Clarín. Y cuenta que en 2016 fueron enviadas alertas al país por 8.000 incidentes (IPs detectados que estaban compartien­do este tipo de material), que en 2017 fueron 23.000, que en lo que va de 2018 van por 45.000 y que estiman que el año cerrará con 50.000. Las alertas, explica la fiscal, llegan desde Estados Unidos, a través de una ONG: el Centro Nacional para Menores Desapareci- dos y Explotados de Estados Unidos.

Los allanamien­tos, detalla Dupuy, han sido en casas de barrios de alto poder adquisitiv­o como en sitios de lo más precarios: “Este delito no responde a una clase social, se da en todas por igual”. Algo similar explica Enrique del Carril, director del Cuerpo de Investigac­iones Judiciales del Ministerio Fiscal, con respecto a los consumidor­es: “No hay un perfil. Sí, claramente, la mayoría son varones, pero también hay mujeres, y son personas de todas las edades y clases sociales”. La mitad del consumo se detectó en la provincia de Buenos Aires, un 30% en la Ciudad y el 20% en el resto del país. “Muchos de estos consumidor­es no pasan a la acción, pero se investiga todo: si participar­on en la producción, si son groomers... Las filmacione­s de mayor calidad lo más probable es que hayan sido hechas por redes de trata. También hay videos caseros, de varones que abusan de sus propios hijos y los filman”.

“Hoy, por suerte, el sólo hecho de tener este material ya es un delito”, explica Dupuy. Se refiere al artículo 128 del Código Penal, que este año fue modificado y se endurecier­on todas las penas. “Es tremendo -dice Del Carril-, entre los consumidor­es hay ‘estrellas’, niñas o niños que piden con sus nombres y que se comparten por todo el mundo”. En cientos de estas imágenes también hay bebés. ■

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FOTOS: MINISTERIO PÚBLICO FISCAL Gendarmerí­a. En el operativo participar­on 250 efectivos.
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Contra la integridad sexual. Hacer, tener y distribuir este tipo de material es un delito.

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