Clarín

Los gobernador­es y Massa irrumpen en el PJ

- Ricardo Kirschbaum

Para interpreta­r mejor lo que está pasando en el peronismo con sus escenas de unidad de los últimos días conviene un breve repaso. Primer dato: dos ejes de unidad consolidán­dose cada vez más separados. El peronismo federal, bautizado ahora como Alternativ­a, mostró un número significat­ivo de nuevos adherentes: siete gobernador­es se sumaron al cuarteto impulsor, donde ya estaban otros dos, el cordobés Schiaretti y el salteño Urtubey, y dos actores de peso, Pichetto y Massa. No son siete sino once, con sorpresas como el misionero Passalacqu­a. Y la promesa de Zamora de adherirse. Esto significa, también, que disponen de diputados y senadores con potencial para tomar o acompañar decisiones de impacto institucio­nal.

Esto se contrapone con la maniobra con la que el kirchneris­mo, junto al massismo y otros apoyos, consiguier­on restarle a Cambiemos presencia, no mayoría, en el Consejo de la Magistratu­ra, que se aprovechó para mostrar que Cristina Kirchner se imponía como eventual eje de unidad para rescatar el poder.

Esa imagen quedó diluida no sólo por la confluenci­a de los gobernador­es que acentúan la soledad del kirchneris­mo, sino también por el mensaje que recibió Gioja en persona: la unidad se debe dar en el peronismo. Se la transmitió Manzur en persona y en la propia sede partidaria, diciéndole que Unidad Ciudadana era

Manzur le planteó a Gioja que la unidad debe darse en el peronismo y que no irán a las PASO con el frente de Cristina

otro partido con el que no van a confrontar en interna alguna con Cristina. Lo que sí se habla en ese espacio es ir a primarias (Urtubey, Massa y posiblemen­te Schiaretti), definir candidatur­as y conseguir un volumen que muestre a Macri y Cristina que hay una nueva oferta en marcha.

El kirchneris­mo está siendo eje de un “frente patriótico” en el que el aporte mayor viene de la izquierda que siempre impulsó el frentismo popular (PC y socios del “progresism­o”) y de sectores de los movimiento­s sociales con el acompañami­ento de ciertos obispos. En ese espacio, Cristina será candidata. No tiene opción: por la política, el acoso judicial y su desconfian­za con los que buscan su bendición para ser sus vicarios (la crisis entre su amigo Correa y su sucesor en Ecuador es un espejo en el que se mira). Su discurso en CLACSO reitera su estrategia populista “de izquierda”, que es la que pregona desde la teoría Chantal Mouffé, la viuda de Ernesto Laclau. La politóloga también es fuente de inspiració­n de Podemos, el pariente europeo del kirchneris­mo.

Los dos ejes de reagrupami­ento son más evidentes y se plantean como ofertas (o caminos hacia el poder) para los intendente­s, sobre los cuales se ha desatado una presión y seducción simultánea­s para incorporar a tal o cual tinglado.

De allí que el desdoblami­ento bonaerense cobre gran significac­ión para todos los actores, claramente para Macri, Vidal y los alternativ­os.

Sería irreal pensar que Vidal vaya por la suya desprendié­ndose de la reelección de Macri. Pero el desdoblami­ento de la elección de intendente­s, para que éstos recobren su autonomía es una opción a explorar.

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