El xenófobo Salvini, favorito hasta en bastiones históricos de la izquierda en Italia
El hombre fuerte del gobierno, líder la ultraderechista Liga encabeza los sondeos en gran parte del país. Crece la pelea interna con su socio en el Ejecutivo, el Movimiento 5 Estrellas.
Hasta en las regiones centrales como Toscana y Emilia, corazón de la llamada “Italia Roja”, Matteo Salvini está convirtiéndose en el favorito. El embrollo político-económico italiano bulle a estas horas por los cuatro costados, tras el definitivo rechazo por parte de la Unión Europea del proyecto de presupuesto con un dé- ficit del 2,4% que la UE estima es en realidad de casi el 3%. Números inaceptables con una deuda pública del 131%, o sea 2,3 billones (millones de millones) de euros, la cuarta del mundo. Mientras se negocia, los sondeos fluyen mucho más que el dinero.
El Corriere della Sera ha publicado ayer el más sensacional test hasta ahora sobre los humores de la opinión pública, que otorga a la Liga de Salvini el 36,8%. En las elecciones del 4 de marzo que cambiaron la histo- ria de este país, la Liga no llegó al 18%. En cambio el otro gigante populista, el Movimiento 5 Estrellas de Luigi Di Maio, trepó al 32,5% pero ahora el sondeo del Corriere le asigna el 27,7%.
Estos dos dramas, la colisión con la Unión Europea que puede tener resultados desastrosos para la economía, y la consagración del creciente predominio del xenófobo Salvini hasta en los bastiones históricos de la izquierda, encuadran los principales movimientos sísmicos que se están
produciendo cotidianamente.
Fuera de los dos gigantes que forman el primer y hasta ahora único gobierno populista de Europa, cuya misma existencia está causando grandes contragolpes en los demás países del continente, se ha creado un vacío colosal dentro del cual se han hundido los protagonistas de un cuarto de siglo de la historia política italiana: el partido Democrático de centroizquierda y Forza Italia, que protagonizó durante dos décadas la política del país, con el magnate Silvio Berlusconi como líder y la Liga (entonces se llamaba Liga Norte) como principal aliado de las fuerzas de centroderecha.
Hoy, entre el PD y el partido de Berlusconi no llenan ni el 25% del agujero negro electoral. Fuera de los populistas, que controlan el 60% del Parlamento, no existe ninguna alternativa de gobierno.
La sensación, muy real, es que Italia se encuentra aislada como nunca en la Unión Europea. En Bruselas han ido a cenar con el presidente de la Comisión de la UE, Jean-Claude Junker, y tres funcionarios claves que supervisan el caso italiano, el primer ministro Giuseppe Conte y el ministro de Economía Giovanni Tria. La Comisión acaba de rechazar el proyecto de balance 2019 de Italia porque considera excesivo el déficit de 2,4% del PBI con semejante deuda. Y reprocha al gobierno populista de Roma no haber puesto en el centro de la maniobra financiera las inversiones productivas para combatir el peor problema que enfrenta desde hace años la economía de la península: el muy bajo nivel de crecimiento. Italia se acomodda en las estadísticas en el último lugar entre los 28 países de la Unión, humillación este año compartida con la Gran Bretaña sumergida en el Brexit.
Conte y el “capoeconomista” Tria llegaron a Bruselas con esperanzas, pero desde Roma les apagaron la buena onda los dos líderes populistas del gobierno. Salvini y Di Maio respondieron con un desafiante “no” a la idea de bajar el déficit del 2,4% al 2%, una oferta que Conte y Tria pensaban lanzar sobre la mesa de las negociaciones para darle un golpe de salud.
La razón es que la reducción en serio del défiit implica renunciar a una parte de los subsidios a los pobres, mejorías a los pensionados y otros grandes gastos sociales que son hoy el corazón de la maniobra, porque implican cumplir las vastas promesas con las que los partidos populistas arrasaron en los comicios de marzo.
Conte y Tría piden ahora a los plenipotenciarios de la UE darles una buena mano retardando al máximo las negociaciones para llegar a mediados de diciembre con tiempos maduros para hacer nuevas concesiones. La idea es calmar también a los mercados, con los inversores extranjeros que abandonan en masa a los títulos públicos y el “spread”, termómetro de las tasas de interés, que está firme por arriba de los 300 puntos, una situación muy difícil.
Pero Salvini y Di Maio prefirieron usar un tono agresivo y hasta burlón contra los líderes europeos. Recordaron varias veces que tras los resultados de las elecciones de mayo del año pròximo en el Parlamento Europeo, desaparecerán del escenario los jefes de la comisión de la UE, arrasados por
El premier Conte viajó a Bruselas para tratar de bajar la tensión sobre el presupuesto italiano.
la oleada de votos favorables a los partidos soberanistas.
En la reunión de los 19 países de la Eurozona, Italia quedó totalmente aislada. Sobre todo la atacaron los soberanistas que Salvini suponía debian defenderla. Austria, Hungría, Finlandia. “Italia debe cumplir con sus obligaciones”, dijo el durísimo Vicktor Orban, líder de los húngaros, terror de los inmigrantes.
Además, los sondeos muestran que los partidos tradicionales del Parlamento Europeo, populares y socialdemócratas, ganarán la mayoría, reforzados con otros partidos conservadores, centristas y de derecha, contrarios a los soberanistas a los que acusan de neofascismo.
En el orden interno italiano, las peleas continuas entre los dos partidos populistas hacen crecer las versiones de que en algún momento la ruptura será inevitable. Giancarlo Georgetti, número dos de la Liga, dice que “así no se va adelante”. Las encuestas estimulan la convicción de que Salvini tiene destino de triunfador si hay elecciones anticipadas. En el Parlamento, las viejas relaciones de fuerza dan 330 parlamentarios del Movimiento 5 Estrellas y 183 a la Liga. Los sondeos dan vuelta los números. ■