Clarín

En medio del enojo de Macri, Nación y Ciudad se culparon mutuamente

El Presidente estuvo en contacto con Bullrich y Larreta. Nadie se responsabi­liza por los hechos de violencia.

- Walter Schmidt wschmidt@clarin.com

El lamentable operativo de seguridad no sólo postergó para hoy la Superfinal, sino que provocó un fuerte enojo del presidente Mauricio Macri y un cruce de responsabi­lidades entre la Nación y la Ciudad.

Desde la quinta de Chapadmala­l, según supo Clarín, el Presidente siguió la previa del partido River-Boca como un hincha más y también manifestó su bronca como un hincha más, con un agregado: el enojo fue in crescendo cuando el desamanejo de la seguridad alrededor del Monumental fue asociado con una eventual impericia de la seguridad de la cumbre G20 que empezará en días.

A raíz de la agresión que sufrió el micro que llevaba a los jugadores de Boca Juniors, y que derivó en la suspensión del encuentro, Macri habría pedido “que aparezcan los responsabl­es” de la mala praxis operativa. Algunos interpreta­ron ese planteo con un pedido de la cabeza de Martín Ocampo, el ministro de Justicia y Seguridad porteño.

No obstante, Macri mantuvo reiterados contactos con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta para interioriz­arse de lo que sucedía. El Presidente y Ocampo habían mantenido un fuerte cruce cuando pidió jugar con hinchada visitante y el funcionari­o porteño dijo en primera instancia que no estaban dadas las condicione­s. Y luego se alineó.

Desde la Ciudad aseguraron que la responsabi­lidad de haber que los hinchas de River se acercaran al micro boquense y lo agredieran en la curva de Avenida Libertador y Udaondo “era responsabi­lidad del anillo 3, de Prefectura”. Ergo, del Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich.

En el operativo había tres anillos: el 1 comprendía a Policía de la Ciudad con personal de Utedyc; el 2 con cadetes de la Policía local; y el 3, fuerzas federales, Prefectura y Gendarmerí­a. Desde Ciudad destacaron el trabajo de los gendarmes. En tanto, las motos que custodiaro­n al bus de Boca eran de la fuerza porteña.

No obstante en la Ciudad aseguran que el otro motivo fue la barra brava de River. “Sin lugar a dudas fue una venganza de la barra de River”, que ni siquiera entraron al estadio, por los allanamien­tos y secuestro de unos 10 millones de pesos, casi 20 mil dólares y unas 300 entradas, sotuvieron fuentes de la seguridad.

Si bien admiten que esos barras tendrían una connivenci­a con directivos del club, exceptuaro­n al presidente, Rodolfo D’Onofrio, sobre quien dicen, estuvo a disposició­n siempre.

Por las dudas, en Ciudad aclaran que la Oficina de Transparen­cia que funciona en el ámbito de Ocampo abrirá sumarios para evaluar el desempeño de las fuerzas porteñas. Pero en la Casa Rosada desprotric­an contra algunos funcionari­os porteños y contra D’Onofrio también.

Además de con Larreta, Macri también mantuvo varios contactos con su ministra Patricia Bullrich, a quien le pidió asegurar hoy un resultado exitoso en el operativo de seguridad, al menos en lo que le compete a las fuerzas federales.

“Vamos a reforzar con la Policía de la Ciudad los puntos críticos”, le dijo la funcionari­a al Presidente Macri.

Por eso, hoy está previsto una reunión entre las autoridade­s de la Seguridad nacional y la porteña, para extremar las medidas. Y que las imágenes dantescas de ayer, no vuelvan a repetirse. Ni antes, ni después, ya quehabrá festejos de los hinchas de uno de los dos equipos más emblemátic­os del fútbol argentino. ■

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Desbordes. Cuando se cerraron las puertas, los hinchas fueron dispersado­s por la Policía de la Ciudad.

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