El año terminó con otra derrota pero Los Pumas se apoyan en la historia
Escocia se impuso por 14 a 9 en el último test del año ante una selección. El rival del sábado será Barbarians.
Pasó Escocia y pasó otro golpe. Aunque la derrota por 14 a 9 dolió menos que las propinadas por Irlanda y Francia en el marco de la gira europea, tiene su peso específico. Se pueden hacer lecturas mirando las dos mitades del vaso. Por un lado, hubo un progreso, al menos desde lo actitudinal y desde el esfuerzo defensivo; por otro, ante un rival que guardó a sus mejores nombres, se falló muchísimo y quedó la sensación de que Los Pumas se privaron a sí mismos de la victoria en Edimburgo. Pero es menester levantar un poco más la vista para interpretar las implicancias que puede tener la actualidad. Y, para comprender el futuro, nada mejor que revisar el pasado.
En menos de un año Argentina estará en Japón jugando un Mundial y defendiendo nada menos que su posición como cuarto mejor equipo del planeta conseguido con no poco esfuerzo y mucho de justicia en 2015. En consecuencia, el rendimiento preocupante en buena parte del año y muy flojo en la ventana de noviembre invita rápidamente a alzar voces de alarma. Al margen de ello, los antecedentes más cercanos permiten ofrecer una mirada de mayor mesura.
A falta de un choque con Barbarians ( el sábado, en el mítico Twickenham), el balance anual del equipo conducido por Mario Ledesma pinta un cuadro casi deprimente: apenas dos victorias y 10 derrotas. El año parece sólo salvado porque los dos éxitos tuvieron una resonancia histórica: frente a Audáfrica y ante Australia -como visitante- en dos de los primeros cuatro juegos del ciclo de Mario Ledesma tras la salida de Daniel Hourcade.
Y, sin embargo, el pesimismo no debería adueñarse de la escena. Y con la camiseta de Jaguares, además, los argentinos demostraron que siguen a la altura (se clasificaron por primera vez a los playoffs del Súper Rugby).
Las dos temporadas previas al Mundial de Inglaterra fueron tan pobres desde los resultados como el año pasado y este que se está yendo. Entre 2013 y 2014 (ya con Los Pumas en el Rugby Championship), Argentina sumó sólo cinco triunfos (algunos contra rivales menores como Italia y Georgia) y 19 derrotas, algunas con palizas como un 32-3 o 51-26 ante Inglaterra, un 73-13 de Sudáfrica o un 54-17 de Australia. Nada de eso impidió que el equipo avanzara hasta las semifinales y perdiera en el juego por el tercer puesto en 2015.
Como si el equipo creciera en los eventos más importantes, los dos años siguientes volvieron a mostrar una pobreza de resultados pese a un gran arranque de 2016 con triunfos ante Italia, Francia y Sudáfrica en los primeros cinco test matches. Pero el nivel luego cayó tanto que la situación condujo a la salida de Hourcade.
¿El cansancio hace mella? No sólo física sino también mentalmente. Contando las presentaciones con la camiseta de Jaguares, el plantel de Los Pumas se presenta entre 25 y 30 veces al año y el desgaste es notorio al llegar el final del calendario.
Luego, claro, están los problemas que se reducen a lo que ocurre dentro del campo. El scrum, esa formación tan destacada en la historia Puma, sufre ahí donde antes se fortalecía y emparejaba a las potencias. La autorización otorgada por World Rugby para que el empuje no vaya más allá del metro y medio (decisión tomada a partir de 2016 por varias lesiones graves) favoreció la salud de los jugadores pero parece haber conspirado contra el rendimiento del fijo.
¿Será posible volver a fortalecer la formación con los cuidados suficientes para que no ocurran más desgracias? Pero ese no es el único interrogante. ¿Volverán a Los Pumas definitivamente los jugadores que no sean parte de Jaguares? Nicolás Sánchez, que ante los escoceses falló tres penales factibles que pudieron haber marcado una tendencia diferente en el partido, se incorporará a Stade Francais, es el caso emblema (ver La autocrítica...).
El equipo nacional volverá al ruedo, después de enfrentar a Barbarians, recién en junio, tres meses antes de Japón 2019. Tiempo hay y los antecedentes permiten encarar la previa al Mundial con fe. ■