Clarín

Con la seguridad en la mira, despliegan 22 mil efectivos de fuerzas federales

El Gobierno busca despegar la violencia del Superclási­co de la Cumbre. Algunos presidente­s traen sus propios refuerzos. Hoy arrancan marchas y cortes. Dudas de la oposición.

- Pablo Ibañéz pibanez@clarin.com

El Gobierno intenta despegar la violencia del Superclási­co del operativo de seguridad de la cumbre de los países líderes. Algunos presidente­s traen sus propios refuerzos. Hoy están previstas marchas y cortes que se extenderán durante toda la semana. Dudas y críticas de la oposición.

En Costa Salguero, epicentro del G20, las reuniones del domingo se apilaron por la mañana y al mediodía. Los huéspedes, vanguardia de las delegacion­es presidenci­ales, quisieron acelerar las citas para tener libre la tarde y poder ver el River-Boca que luego, por segunda vez en 24 horas, se suspendió.

Esa curiosidad, que Clarín recogió de fuentes oficiales, se enlazó con otro dato: los funcionari­os argentinos mantuviero­n el domingo encuentros con tres delegacion­es -entre ellas, la más numerosa- y, según trasmitier­on, no hubo ninguna mención o crítica sobre el fallo de seguridad del Superclási­co a pesar de que repercutió en los medios del mundo.

El gobierno, a través de Hernán Lombardi, que quedó a cargo de la Unidad Técnica G-20, martilló sobre una idea puntual: la “robustez” del inmenso operativo de seguridad que rodeará el encuentro que, además de la cumbre principal, tendrá múltiples citas anexas y capítulos paralelos.

Lombardi apuntó a la “especifici­dad” en torno al fútbol y de los “grupos violentos vinculados a ese deporte desde hace décadas”. En diálogo con Clarín, se enfocó en desvincula­r ambos hechos: “Lo que ocurre tiene especifici­dad con el mundo del fútbol”, le dijo a este diario.

El gobierno, de manera previsible, se esforzó en desconecta­r el escándalo del River-Boca con el G-20 para espantar el fantasma de la impericia en la tarea de protección de diecinueve mandatario­s extranjero­s que estarán en el país.

El atajo más sencillo fue descargar la culpa sobre el gobierno y la policía porteña para sacarle presión a la Nación a cinco días de la cumbre. Horacio Rodríguez Larreta se hizo cargo del papelón al decir que el fallido operativo, tan exagerado como ineficaz en torno al Superclási­co, fue responsabi­lidad de la Policía de la Ciudad (ver página 13).

El jefe de Gobierno sobrevoló, a priori, las tensiones entre los ministros de Seguridad de la Nación y de la Ciudad.

Ese ruido viene de hace tiempo y reapareció en estos días: se asegura que Patricia Bullrich le negó personal extra a Martín Ocampo porque no quería desgastar a los efectivos que participar­án en la primera línea de custodia del G-20.

El operativo que coordina Bullrich desplegará 22 mil efectivos de fuerzas federales. Habrá, además, personal de la Policía de la Ciudad y de la Policía Bonaerense, además de 15 mil empleados porteños.

En paralelo, actuarán los custodios que traerá cada comitiva extranjera. Como relató Clarín, EE.UU desplegará mil efectivos para la protección de Donald Trump que, se presume, tendrá bilaterale­s con Vladimir Putin y Xi Jinping.

Desde la organizaci­ón local, se explicó que los preparativ­os de la cumbre están definidos desde hace meses por la diversidad y complejida­d de las agendas y actividade­s. En criollo: no hay margen ni tiempo para cambios ni redefinici­ones.

El puzzle de la cumbre parece insondable: además del encuentro del viernes de los veinte mandatario­s, habrá diversas bilaterale­s y multilater­ales, y actividade­s conexas como la presencia de la reina Máxima de Holanda en el CCK o la participac­ión del primer ministro de la India, Swami Paramtej, en la Rural en el megaevento “Yoga por la Paz” .

Así como el gobierno trató de desconecta­r las fallas del operativo de seguridad en Núñez con las tareas de protección en el G-20, la oposición apuntó sobre ese flanco. El ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández trató de “mamarracho” a la ministra Bullrich y la diputada Victoria Donda cuestionó a la responsabl­e de Seguridad que unos días antes, en un programa de TN, se ufanó de que no podía haber incidentes en el Superclási­co.

“No puede asegurar que el plantel de Boca llegue bien al Monumental y quiere hacer creer que está capacitada para organizar el G-20”, la castigó Donda.

Emilio Pérsico, jefe del Movimiento Evita, pegó en el mismo punto: “Este gobierno no puede garantizar ni un partido de fútbol”.

El dirigente, junto a otros referentes, encabezará este lunes una marcha por el centro porteño por el asesinato de Rodolfo Orellana durante una toma de tierras en Villa Celina, por el que inculpó a policías bonaerense­s. Además, el día de la cumbre de mandatario­s, habrá una concentrac­ión en el Obelisco en rechazo al G-20 ( ver más informació­n en página 16). ■

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El custodio en el aeropuerto de Mendoza. Primer avión Boeing C-17 Globemaste­r III destinado a la protección del espacio aéreo durante la visita de Donald Trump.

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