Preguntas quenecesitan respuestas urgentes
• ¿Cómo se entiende que los organismos de Seguridad, en este caso de Nación y Ciudad, sean incapaces de organizar un operativo eficiente que garantice que los futbolistas estén a resguardo de los energúmenos que creen que pueden ser más protagonistas que los propios protagonistas?
• ¿Cómo llegaron las 300 entradas legítimas para la Superfinal y los 7 millones de pesos a la casa de un jefe de la barra brava de River encontrados en una serie de allanamientos a horas del partido?
• ¿Cómo se explica que la dirigencia de la Conmebol quisiera que se jugara la final a toda costa con jugadores con lastimaduras y descompuestos luego de los vidrios apedreados y los gases lacrimógenos que empeoraron todo?
• ¿Cómo se entiende que se haya demorado tanto la decisión lógica, propia del sentido común, de postergar definitivamente el partido?
• ¿Nadie pensó tampoco en los hinchas de River, esos que sólo querían ser testigos de una posible vuelta olímpica, que volvieron a ir a la cancha y tuvieron que volverse por segundo día consecutivo a sus casas sin ver un partido de fútbol?
• ¿En qué cabeza entra que alguien le ponga a una criatura un cinturón improvisado de bengalas para sortear los controles de seguridad y poder usar pirotecnia dentro de la cancha?
• ¿Cómo puede ser que todavía no hayamos aprendido de la dolorosísima lección de Cromañón y sigamos celebrando el uso de pirotecnia en lugares colmados de gente en los que una chispa puede causar otra tragedia?
• ¿Hasta cuándo vamos a seguir tratando a nuestros adversarios como enemigos por sólo usar una camiseta de color distinto?
• ¿Cómo puede ser que todavía no seamos capaces de lograr algo tan simple como jugar un partido de fútbol en paz con público de los dos equipos y sin incidentes?
• ¿Cómo explicamos que sigamos teniendo ganas de ir a la cancha después de todo lo que pasó, pasa y seguirá pasando?
• ¿Cuándo tendremos respuestas para estas preguntas tan simples?