Clarín

La versión del chofer del micro: “Para mí liberaron la zona”

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Darío Rubén Ebertz es el chofer de Boca desde hace años. Y era quien estaba al volante del micro al momento del ataque de los hinchas de River el sábado en Avenida Del Libertador­es y Lidoro Quinteros. Él se encargó, ya más calmado, de revelar que lo que fue un momento violento y complicado, en realidad pudo haberse transforma­do en una tragedia.

Ebertz contó:“Fue una sensación fea, no se la deseo a nadie. Nunca pensé que iba a vivir ese momento. No hay palabras para describirl­o. Es un partido de fútbol y me pareció que íbamos a la guerra”, comenzó su relato.

“Nunca me pasó esto. Jamás pasamos por al lado de tanta cantidad de hinchas rivales. Cuando pasé el túnel de Libertador ya me di cuenta de que algo podía pasar y le hice señas a un policía de la moto para que aceleraran porque se iba a poner bravo. Ya estábamos jugados”, continuó. Y agregó: “Me rompieron las ventanilla­s del costado que estaban cerradas. Reventaron los vidrios y me cubrí la cara. Me pegó una botella de cerveza en la parte de las costillas”.

En ese instante, el chofer se descompuso. “Me quedé sin aire, fueron unos segundos. Ahí me asusté de verdad porque sentí la dirección dura. Ho- racio Paolini (vicepresid­ente segundo del club) agarró el volante y me preguntó si estaba bien. Paolini fue un ángel que me mandó Dios porque si no no estaría contando esto. Si nadie agarraba el volante no sé a dónde terminábam­os”, admitió.

Paolini le dijo a Clarín que “pudo haber sido una tragedia”. “Manoteé el volante cuando vi que el Gringo se desvaneció por unos segundos. Fue tremendo porque explotaban los vidrios y por eso él aceleró. Nos tiraban gases y como yo tenía anteojos no me afectaron y pude agarrar al volante”, resaltó.

Ebertz, en tanto, se animó a hablar de “zona liberada”. “Los colegas choferes que saben cómo es el tema me dijeron ‘me parece que te regalaron, Gringo’. Y para mí liberaron la zona”. ■

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