Alan García cumplió una semana sin salir de la embajada uruguaya
El ex presidente peruano Alan García (1985-1990 y 2006-2011) cumplió ayer una semana sin salir de la residencia del embajador uruguayo en Lima a la espera de que se resuelva su solicitud de asilo diplomático para eludir las investigaciones por corrupción sobre su segundo mandato. García llegó al domicilio del embajador de Uru- guay en la madrugada del pasado domingo 18 de noviembre, apenas unas horas después de que un juez le prohibiese abandonar Perú por 18 meses mientras continúan las investigaciones, dado que el ex mandatario reside en Madrid desde 2016.
A pesar de que García estuvo conforme inicialmente con la medida dictada por el juez e incluso dijo que para él no era un deshonor permane- cer 18 meses en su patria, poco después se declaró un perseguido político ante las autoridades uruguayas. El asilo diplomático solicitado por García se conoció recién en la tarde del domingo, mediante un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú que posteriormente fue confirmado por el gobierno de Uruguay. La noticia desató la indignación de los peruanos al comprobar que el ex presidente pretende ejecutar la misma estrategia que en 1992, cuando evitó una acusación por enriquecimiento ilícito durante su primer mandato al ser asilado por Colombia y luego irse a vivir a París hasta que los delitos prescribieron. Las protestas fueron inmediatas y varios grupos de ciudadanos se aproximaron frente a la residencia del embajador uruguayo para solicitar que se le deniegue el asilo, frente a un grupo de militantes del Partido Aprista Peruano, que preside García, para apoyar a su líder.
En esta semana, García solo ha roto su silencio en dos ocasiones para publicar una carta en la que reitera su argumento de perseguido político y para lamentar la muerte del ex senador Enrique Bernales.
El martes, el gobierno peruano cumplió con entregar al embajador uruguayo, Carlos Barros, una nota diplomática en la que reitera que en Perú no existe persecución política, acompañada de un informe sobre las investigaciones que afronta el ex mandatario.
A García se le investiga por los sobornos que la constructora brasileña Odebrecht pagó para la construcción de la Línea 1 del Metro de Lima, obra que se licitó durante su segundo mandato. El ex presidente es sospechoso de ser uno de los altos funcionarios del Gobierno peruano a los que un ejecutivo de Odebrecht declaró ante fiscales que la compañía destinó 14 de los 24 millones de dólares en sobornos que pagó por esa obra municipal. ■