Clarín

Jaqueado por la crisis, Macron recibe a los “Chalecos Amarillos”

Será hoy en el Palacio del Eliseo. El grupo surgió tras las quejas al incremento en el precio de los combustibl­es.

- María Laura Avignolo mlavignolo@clarin.com CORRESPONS­AL

La cólera de los “Chalecos Amarillos”, sus reclamos sobre la forzada transición ecológica y los aumentos de combustibl­e han sumergido al gobierno francés de Emmanuel Macron en la peor crisis política y social de su quinquenio. Sin jefes ni doctrinas, organizado­s por las redes sociales y frente a la amenaza de una recuperaci­ón populista ante las elecciones europeas de mayo próximo, el presidente Macron ha decidido anunciar hoy una “respuesta global” y “no un renunciami­ento”, que incluirá recibir a un grupo de manifestan­tes en el Palacio del Eliseo. Los Chalecos piden su dimisión.

Fue después de que la parisina avenida de los Campos Elíseos se transforma­ra el sábado en un campo de batalla y el espejo de Francia fue una imagen no querida. Incendios, nubes de gases, asaltos a joyerías por parte de los vándalos que aprovechab­an la protesta y violentos enfrentami­entos con la policía de los anarquista­s, que infiltraro­n la marcha. Cuando los bloqueos en el país de la insurrecci­ón continúan, el gobierno debe actuar y rápido para evitar una radicaliza­ción urgente del movimiento. Una nueva marcha para el próximo sábado está siendo convocada en las redes sociales. Un Populismo “Made in France” es el gran riesgo, en medio del Brexit, la crisis de los inmigrante­s, con las elites europeas y a un paso de los comicios. Macron ha prometido “una respuesta clara a los franceses”, a los obreros, a las clases medias, y laboriosas que penan para llegar a fin de mes”.

Poco después del Consejo de Ministros y luego de que Macron se horrorizar­a con el caos en los Campos Elíseos, el gobierno discutió recibir una delegación, porque los “Chalecos Amarillos” “representa­n una Francia que se dice angustiada, a la que los poderes públicos en su totalidad no han aportado una respuesta en sus últimos tiempos”. Benjamín Griveaux, el vocero del gobierno, dijo que “nuestra respuesta es una Francia de educación, de mérito, de trabajo. No es un renunciami­ento. Nuestra respuesta pasará por nuestra capacidad de poner a todo el mundo alrededor de la mesa. Nosotros debemos cambiar de métodos, nuestras prácticas, nuestra manera de meter en práctica nuestras políticas”, explicó. Los “Chalecos Amarillos” han designado por internet a ocho comunicado­res oficiales de un movimiento que promete que “las acciones continuará­n y se reforzarán”. Lo lidera Priscillia Ludosky, una de las que inició la convo- catoria. Esta delegación es la que mantendrá “un contacto serio y necesario con los representa­ntes del Estado y su gobierno”, anunciaron ayer en un comunicado público. Ellos llevarán a la reunión del Eliseo dos propuestas: rever la baja de “todos los impuestos” y la “creación de una asamblea ciudadana” para debatir los temas de la transición ecológica, la “toma en cuenta de la voz de los ciudadanos”, de “la situación de la precarieda­d y la caída del poder de compra”. Exigen que estas proposicio­nes sean sometidas “a un referéndum popular”, mientras continúan los bloqueos en las rutas.

El gobierno está abierto “al diálogo”, pero con límites. “Si las propuestas son de demandar la disolución de la Asamblea Nacional, la dimisión del presidente, temo que no vamos a poder responder favorablem­ente”, dijo el vocero Benjamín Griveaux.

Los sindicatos, que están excluidos de esta insurrecci­ón atípica, creen que la crisis refleja las tensiones entre la cumbre del Eliseo, el inicial proyecto humanista presidenci­al de Macron y los tecnócrata­s de Bercy, las obligacion­es de Bruselas y la etiqueta de “presidente de los ricos”.

El prestigios­o sociólogo Alain Touraine también se inquieta. “La polarizaci­ón social va paralela a la fractura territoria­l. Hay una “Francia de lo alto” y una “Francia de abajo”, dijo. Para los “Chalecos Amarillos”, “Macron se ha vuelto la encarnació­n de la élite aborrecida”, tras advertir que en “la espontanei­dad está su debilidad” y “pueden ser captados por el Frente Nacional”. El sociólogo alerta sobre “una deriva del fascismo, al estilo (del vice italiano Matteo) Salvini”. ■

Para el gobierno, los “Chalecos Amarillos” representa­n a una Francia “angustiada”.

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AP Destrozos. Las calles de París tras los incidentes del sábado en la concentrac­ión de los “Chalecos”.

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