Triple Fuga: “No sabía quiénes eran”, declaró un ingeniero secuestrado
Dijo que supo que eran los hermanos Lanatta y Víctor Schillaci cuando prendieron la TV.
Si había una declaración esperada en el comienzo del tercer juicio por la Triple Fuga, esa era la de Juan Ignacio Reynoso (32), el ingeniero agrónomo al que Martín (45) y Cristian Lanatta (46), junto con Víctor Schillaci (37), secuestraron por casi dos días durante la cacería que conmovió al país a fines de diciembre de 2015 y principios de 2016.
Aquel episodio generó un quiebre para el profesional. Y ayer, en el inicio de tercer juicio contra los autores de la Triple Fuga, en este caso por los delitos de secuestro y robo calificado, Juan Ignacio relató cómo lo capturaron cuando comenzaba su jornada de trabajo en un campo santafesino, y cómo fue vivir con los tres hombres más buscados del país.
“Cuando prendieron la tele y vi las noticias, caí en la importancia, hasta ahí no sabía quiénes eran”, relató el ingeniero sobre cómo se dio cuenta que había sido secuestrado por los hermanos La- natta y Víctor Schillaci.
Fue la mañana del 7 de enero de 2016. El hombre estaba en la zona rural de San Carlos, Santa Fe, mientras los tres prófugos acababan de reducir a dos gendarmes: a uno lo hirieron en un brazo. Luego, les robaron la camioneta oficial para huir y destruyeron a balazos otro móvil de la Gendarmería que los seguía.
Reynoso, ajeno a todo esto, estacionó el vehículo de la firma Bayer -donde trabajaba- en un campo. Fue entonces que tres hombres “armados y con uniformes” se bajaron de un au- to y se subieron a la Volkswagen Amarok blanca del ingeniero. “No mientas. ¿Quién sos?”, fue lo primero que le gritaron los tres a punta de pistola y fusil.
Tras responderles, el ingeniero comenzó a acatar cada una de las órdenes de los tres hombres sin tener ni idea que eran quienes se habían fugado del penal bonaerense de General Alvear el 27 de diciembre de 2015. “Era mi manera de salir de esa situa- ción”, dijo sobre cómo reaccionó ante la amenaza.
En la camioneta del ingeniero, los tres prófugos y su rehén viajaron unos 50 kilómetros, desde San Carlos hasta el macrocentro santafesino, hasta que llegaron al departamento de Juan Ignacio. Mientras esto sucedía, el operativo federal y provincial de búsqueda y captura se centraba en la zona de San Carlos y sus alrededores.
Cuando entraron al departamento del ingeniero, los prófugos encendieron el televisor. Fue entonces que el hombre se enteró en manos de quién estaba su vida. “Hasta entonces no sabía quiénes eran”, advirtió en los tribunales santafesinos donde ayer comenzó el tercer juicio contra los Lanatta y Schillaci.
El ingeniero contó que los tres prófugos le dieron una serie de órdenes, lo alimentaron y, luego, lo ataron de pies y manos, para finalmente amordazarlo en su cama. “Me trataron bien, y no recibí golpes”, añadió.
Recién en la mañana del sábado 9 de enero, Juan Ignacio logró sacarse las ataduras, pero cuando quiso salir de su departamento, se dio cuenta de que lo habían encerrado. Un ciclista que escuchó sus gritos desde el balcón lo ayudó a liberarse y a ponerle fin a una situación traumática.
Los tres condenados a perpetua por el Triple Crimen de General Rodríguez afrontan el tercero de los cuatro juicios por la fuga. En los anteriores les aplicaron distintas penas de prisión. ■